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No hay evidencia de que las vacunas contra la COVID-19 puedan causar infertilidad

La página Médicos por la Verdad en Perú afirma que este daño puede ser causado tanto por la enfermedad como por las candidatas a vacunas, hecho que carece de sustento científico.

larepublica.pe
Los estudios que cita la página no respaldan su afirmación sobre las vacunas. Foto: Composición LR

Una publicación en Facebook del 25 de octubre realizada por el fanpage Médicos por la Verdad en Perú sostiene que las potenciales vacunas contra la COVID-19 pueden causar infertilidad. No es la primera vez que emiten hacen tal afirmación.

Antecedente

En un pronunciamiento anterior, Médicos por la Verdad en Perú citó el supuesto informe de la autodenominada Junta Argentina de Revisión Científica y afirmó que la vacuna —o vacunas— que se están desarrollando —o probando— contra la COVID-19 generarán anticuerpos que afectarán a las enzimas ACE2 y, como estas se encuentran mayormente en los testículos, el daño provocará infertilidad masculina. Ya desmentimos todas estas afirmaciones anteriormente (1 y 2).

En resumen, la enzima ACE2 está ubicada en la membrana de las células principalmente en partes como riñones, testículos, intestinos, pulmones y el corazón. Su papel en la infección de la COVID-19 es clave: funciona como puerta de acceso para las espículas (proteína S) del coronavirus.

Un documento de la OMS publicado en octubre explica que todas las candidatas a vacuna están diseñadas para generar una respuesta inmune contra el coronavirus entero o partes de este (sus proteínas S). Ninguna de estas potenciales vacunas tiene como objetivo dañar las enzimas ACE2 ni cualquier otra parte del organismo.

Su respuesta

En su siguiente publicación (que ahora revisamos), la página Médicos por la Verdad en Perú insiste en afirmar que la ACE2 tiene “expresión mayoritaria” en los órganos reproductivos masculinos y femeninos. Asimismo, citan una revisión que destaca la importancia de esta enzima en la reproducción humana, pero no indica que estos órganos tengan más ACE2 que los demás.

La verificación de La República mostró que las ACE2 también se encuentran en gran cantidad de células de otros órganos. En efecto, un estudio de la Federación de Sociedades Bioquímicas Europeas refiere que esta enzima se encuentra mayormente expresada en tejidos del intestino delgado.

Tras realizar esta aclaración, procedemos a examinar sus nuevos argumentos relacionados con la fertilidad.

“Es una posibilidad real que estas vacunas pueden causar esterilidad por epididimitis, orquitis y/o pueden provocar infertilidad por depósito de los anticuerpos en el tejido testicular por la respuesta inmune inducida”

La página hace un recuento de los daños en el sistema reproductor de hombres que sufrieron SARS y MERS, enfermedades causadas por coronavirus parecidos al SARS-CoV-2. También aseguran que se ha demostrado “el impacto de la infección por el SARS-CoV-2 sobre la fertilidad masculina”. Como sustento, comparten enlaces de dos estudios.

El primero, publicado en la revista Andrology en junio de 2020, se titula ‘¿Podría el SARS-CoV-2 afectar la fertilidad masculina?’. El segundo, publicado en la revista American Journal of Physiology en mayo de 2020, se titula ‘¿Hay algún impacto de la pandemia de COVID-19 en la fertilidad masculina? La conexión ACE2′.

Ambos documentos exploran el posible impacto de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus basándose en los niveles de ACE2 en testículos y, como antecedente, mencionan los indicios de orquitis (inflamación de los testículos) y posible daño por respuesta inmune en seis hombres fallecidos por el SARS. Solo se mencionan casos de epididimitis (inflamación del conducto que almacena y transporta el semen) en pacientes con VIH.

Con respecto al SARS-CoV-2, la única evidencia descrita es seis hombres con posible orquitis al momento de la enfermedad pero no después de recuperarse.

Mientras el primer estudio determina que es “plausible” que el SARS-CoV-2 pueda afectar a múltiples órganos reproductores y tenga efectos sobre la fertilidad masculina, el otro admite que se necesitan más exámenes para determinar estos posibles impactos. Nada concluyente.

¿Qué tiene que ver con las vacunas?

La publicación de Médicos por la Verdad en Perú afirma que estos posibles efectos de la COVID-19 se pueden repetir con las vacunas por el hecho de que también inducen una respuesta inmune. Dicho de otra forma, señalan que la vacuna generará anticuerpos que, en vez de protegernos, nos harán daño.

Carlos Medina, médico infectólogo del Hospital Cayetano Heredia, explica que, en la infección, el virus es patogénico: tiene la capacidad de causar enfermedad. Sin embargo, las vacunas utilizan distintas plataformas (virus inactivados, partes del virus, genes de estas partes, etc.) con el objetivo de generar inmunidad sin que la persona tenga que pasar por la infección.

“La respuesta inmune en la enfermedad genera inflamación, en un cuadro severo, esta respuesta es desproporcionada. En cambio, la vacuna desarrolla una respuesta inmune regulada, es decir, no llega a ser tan intensa como la que se produce durante la enfermedad. Por eso, se coloca la cantidad suficiente para producir anticuerpos pero sin generar ese efecto negativo”, recalca Medina.

Un tipo de vacuna usada desde hace mucho tiempo para otras enfermedades se basa en el virus vivo debilitado. En personas con el sistema inmune deteriorado, como ancianos o enfermos crónicos, se suele evitar la aplicación de este compuesto porque podrían desarrollar la infección. Pero, en el caso de las potenciales vacunas contra la COVID-19, ninguna que se esté probando en humanos se basa en la plataforma de virus vivo.

Por su parte, Camille Webb, médica infectóloga de la Universidad Peruana Cayetano Heredia destaca: “Para que una vacuna sea aprobada, tiene que ser evaluada por varias organizaciones de salud y pasar por pruebas de seguridad muy rigurosas, las cuales evalúan la respuesta clínica y los efectos adversos en las personas”.

“Hasta el momento, en ninguna de las personas que han recibido la vacuna se ha visto algún daño por la inmunidad inducida, es decir, son bastantes seguras y la presencia de anticuerpos no ocasionan ningún daño”, añade.

Conclusión

Hasta la fecha no hay evidencia de que las potenciales vacunas contra la COVID-19 puedan propiciar el desarrollo de esta enfermedad o daños por la generación de anticuerpos, los cuales, de hecho, nos protegerán del virus.

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