El grupo autodenominado Médicos por la Verdad, formado por más de 140 personas, se reunió el 25 de julio en el Palacio de la Prensa de Madrid. En la conferencia manifestaron su posición en contra de la pandemia de la COVID-19 y las medidas adoptadas por los Gobiernos.
En el video que se ha difundido en redes sociales sostienen que (1) la COVID-19 es como una gripe común, (2) que hace doce años no hubiera sido considerada una pandemia, (3) que las pruebas moleculares (PCR) no detectan el virus, (4) la OMS no recomienda el uso de mascarillas para toda la población, (5) la vacuna de la gripe ha potenciado los casos graves de COVID-19, (6) el distanciamiento social impide desarrollar una inmunidad colectiva y (7) existen tratamientos efectivos para el nuevo coronavirus.
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En la conferencia mencionan que sus argumentos están basados en documentos oficiales emitidos por la Organización Mundial de la Salud, los Centro de Control y Prevención de Enfermedades y las autoridades españolas. Sin embargo, no aclaran que las afirmaciones extraídas están descontextualizadas.
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El evento inició con la presentación de un médico alemán quien afirmó que la actual pandemia es una farsa, puesto que la COVID-19 es como cualquier gripe común. “Esta no es diferente a otra gripe estacional que tenemos cada año”, enfatizó.
No obstante esta aseveración es falsa. La Organización Mundial de la Salud indica que, pese a que ambas enfermedades tienen síntomas parecidos, estas poseen notables diferencias entre sí. Por ejemplo, la mortalidad es mayor para la COVID-19 puesto que, según los datos reunidos hasta ahora, la tasa se encuentra alrededor del 3% y 4%, mientras que para la gripe suele estar por debajo del 0.1%.
Asimismo, la doctora Claudia Mattos, gerente de Medicina Complementaria del Seguro Social de Salud (EsSalud), apuntó que en el caso del coronavirus no existen ninguno de los signos de la gripe (mucosidad, estornudos, ojos y nariz roja, y exceso de lagrimeo). Advierte que el principal distintivo es la presencia de tos seca.
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Natalia Prego, médica y una de las principales representantes de la agrupación, señaló que si la OMS no hubiera modificado la definición de pandemia en el 2009 la COVID-19 no sería considerada como una.
“La pandemia no ha acabado porque es una declaración que hace la OMS a nivel mundial, pero no tiene que ver con criterios médicos”, alerta. Agrega que “en el 2009, hace 20 años la pandemia estaba determinada por el número de muertes (mortalidad) como siempre se ha determinado”.
No obstante, esta afirmación es engañosa. La Organización Mundial de la Salud sí modificó la definición en el 2009, pero esta no fue la primera vez. En 1999, 2005 y 2009 se realizaron cambios, debido a que cada pandemia proporciona información adicional que debe ser considerada.
“Las definiciones cambiaron con el tiempo en función de los nuevos conocimientos y de la necesidad de mejorar la precisión y la aplicabilidad práctica de la definición de las distintas fases”, menciona la OMS en una nota informativa de junio de 2010.
En el mismo documento, aclara que esta malinterpretación se debe a una cita del 2003 en la que se afirma que “las gripes pandémicas causan una enorme mortalidad y morbilidad”.
Cabe resaltar que la COVID-19 se declaró como pandemia el 11 de marzo debido a “los alarmantes niveles de propagación y gravedad”. “En el momento en que (el virus) salta a otros países y empieza a haber contagios comunitarios en más de un continente se convierte en pandemia”, explica Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos.
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En la conferencia presentan a la doctora María Albarracín como la “experta en pruebas”. En su intervención señala que las pruebas PCR no detectan el virus debido a que el aislamiento del SARS-CoV-2 no fue exhaustivo. “Con este aislamiento más que dudoso lo que se empieza a realizar rápidamente son pruebas diagnósticas que se van a basar en este virus, pero no en el virus completo”.
Sin embargo, en Verificador hemos comprobado que esa afirmación es falsa. La infectóloga e investigadora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Camille Webb, resaltó que sí existe una prueba que detecta el nuevo coronavirus. “La prueba molecular detecta el ARN del virus SARS-CoV-2, que es el material o el código genético del virus”.
Asimismo, un artículo escrito por el químico Lars Fischer explica que el primer paso de esta prueba consiste en aislar el ARN del virus y traducirlo en ADN, a lo que llaman retrotranscripción (RT). Luego, en el segundo paso llamado reacción en cadena de la polimerasa (PCR), a través de un trabajo de laboratorio amplían el genoma del patógeno para poder reconocerlo.
Finalmente, sobre las dudas de si se aisló el virus o no, el doctor Joan Carles declaró a AFP que “es tan absurdo plantear la ineficacia total de las PCR porque no contengan toda la cadena del virus como plantear que son absolutamente eficaces en determinar si la persona está infectada y lo transmite”. “Hoy por hoy, sin embargo, es el medio más eficaz para determinar esa presencia, por mínima que sea”, subrayó.
Natalia Prego cita dos publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (6 de abril y 5 de junio) para asegurar que la institución solo recomienda el uso de este implemento al personal de salud, pacientes y cuidadores. Además, del documento del 5 de junio extrae los riesgos del uso frecuente de los tapabocas.
Aunque la fuente de información es cierta, ha sido sacada de contexto. En las Orientaciones Provisionales publicadas el 5 de junio, la OMS respalda que los Gobiernos sean los responsables de aprobar o no el uso de las mascarillas.
Como explicamos en una nota anterior de Verificador, debido al uso generalizado de tapabocas y al incremento de pacientes presintomáticos y asintomáticos, la OMS aconseja a las autoridades de cada país a promover el uso de la mascarilla en determinadas situaciones.
“La OMS ha actualizado las orientaciones con miras a aconsejar que, para prevenir la transmisión comunitaria de la COVID-19, los gobiernos deberían alentar al público general a que use mascarilla en situaciones y entornos específicos como parte de un enfoque integral para interrumpir la transmisión del SARS-CoV-2”, señala.
Además, en dicho documento enumera los riesgos y los beneficios de utilizar este implemento de seguridad.
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En la presentación, también se relacionan los casos graves por COVID-19 con la vacunación. “Hay grandes sospechas de que la gran cantidad de personas que han fallecido se debe a una interacción con algo que había en las vacunas”, manifiesta el presentador. “Hay estudios de que la vacuna de la gripe ha influido en casos graves de COVID-19”, expresa durante el evento.
Sin embargo, en una nota anterior de Verificador explicamos que los datos que usualmente se utilizan para sostener dichas afirmaciones han sido seleccionados cuidadosamente para relacionar ambos indicadores. “Por ejemplo, Portugal registra uno de los índices de vacunación más altos de la UE, superior al 60%, pero su tasa de mortalidad por coronavirus es inferior a 17 casos por cada 100.000 habitantes”, resalta la agencia EFE.
Asimismo, el medio español Maldita advierte que “el único estudio que establece un vínculo entre ambas no solo es de muy baja calidad, como argumentaba en Maldita Ciencia Jaime Martín-Benito, virólogo del Centro Nacional de Biotecnología, sino que su propio autor concluye que ´los resultados generales mostraron poca o ninguna evidencia que apoyara la asociación de la interferencia del virus y la vacunación contra la gripe'”.
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La invitada argentina, Chinda Brandolino menciona en su intervención que “aplicar la cuarentena a personas sanas, impide la producción de la inmunidad colectiva”.
No obstante, en este medio informamos que intentar alcanzar la inmunidad colectiva sin una vacuna supone un riesgo para la población. “La inmunidad en masa, llamada también ‘inmunidad rebaño’, se logra cuando el 60% o 70% de personas de una comunidad ha adquirido el virus”. El infectólogo Augusto Tarazona descartó que esta haya sido una posibilidad viable para el Perú, porque el sistema de salud hubiera colapsado mucho antes.
Asimismo, según una verificación de Maldita, “la inmunización padeciendo la enfermedad supone un riesgo muy importante para la población, si se tiene en cuenta que aproximadamente el 20% de los infectados requieren ingreso hospitalario y que, de los ingresados, un 5% llegan a fallecer”.
La médica María Albarracín asegura que existen tratamientos aprobados que acaban con la COVID-19. “Cuando el síndrome es leve se puede tratar muy bien con hidroxicloroquina, es útil en el síndrome leve”, asevera.
Sin embargo, la hidroxicloroquina ha sido descartada como tratamiento para el nuevo coronavirus debido a que no hay evidencia que demuestre la eficacia del mencionado medicamento en pacientes de coronavirus, ni en síndrome leve o grave, afirmó Gorka Orive, doctor en Farmacia a AFP.
Asimismo, segundos después agrega que los tratamientos que hay son “los tratamientos oxidativos que destruyen cualquier virus como el ozono, el dióxido de cloro y el peróxido de hidrógeno”.
No obstante, la experta en toxicología Ana Ferrer manifestó a AFP que estos productos solo se utilizan para fines desinfectantes o como potabilizadores de agua a niveles muy bajos. “Estas tres sustancias son químicamente oxidantes intensos, lo que quiere decir que destruyen las proteínas (...) Son sustancias con efectos cáusticos que destruyen las células con las que entran en contacto y terminan por producir necrosis, pasando antes por la inflamación”, enfatiza.
Asimismo, en Verificador hemos demostrado que el dióxido de cloro no es terapéutico para combatir el coronavirus, no oxigena las células y tampoco existen suficientes estudios científicos que avalen su consumo en humanos.
La COVID-19 no es como una gripe común, las pruebas PCR sí detectan el virus, la OMS no desaconseja el uso de mascarillas, no hay evidencia de que la vacuna de la gripe desencadenó los casos graves y muertes en la COVID-19 y tampoco existen tratamientos aprobados para acabar con el nuevo coronavirus. Por lo tanto, las afirmaciones expresadas por la agrupación Médicos por la Verdad de España el 25 de julio contienen bulos.
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