Un grupo de hinchas del Club Universitario de Deportes promueve la Ruta de Lolo, una propuesta futbolera y turística que invita a conocer la hacienda Hualcará (San Vicente de Cañete, Lima), al conmemorarse el 103 aniversario del nacimiento del mítico Teodoro Fernández. , Luis Pérez / Revista Rumbos El 14 de octubre de 1953, solo vistió la camiseta merengue durante seis minutos. Eso fue suficiente para que diera la vuelta olímpica en su adiós a las canchas. Esa debió ser su última vez en el verde. No fue así. Ese breve encuentro contra el Centro Iqueño no sería el final para Lolo Fernández. PUEDES VER: Preocupación en Cerro Azul por aprobación de expediente técnico de desembarcadero artesanal Al gran cañonero le faltaba jugar un partido más y no sería contra el rival de siempre, Alianza Lima, ni la selección de Austria, el equipo de Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín. Su nuevo desafío o reto es la abrupta siembra de kilómetros de cemento en los campos de su tierra natal. Ese es el contricante que Lolo enfrenta desde el cielo. Y es que su último partido es para rescatar la historia de su pueblo y su propia historia.. Suena el silbato. El balón rueda sobre el terreno. El rival parece ser indestructible. El sentimiento lo embarga de la cabeza a los pies. Lanza un cañonazo de media cancha. El portero es batido. El cemento se resquebraja. La ovación se escucha hasta la eternidad. Es su hinchada que lo alienta desde el lugar más recóndito del Perú. Parada final del peregrinaje del hincha crema. Foto: Luis Pérez “Lolo no se va. Aquí se quedará…”, corean quienes le profesan un amor inquebrantable. Ellos tienen razón. El campeón ha vuelto para hacer retumbar las paredes de Hualcará (San Vicente de Cañete, Lima), como ocurría cuando siendo niño sus potentes shots que remecían las paredes de la capilla en plena misa, entonces, los feligreses salían asustados gritando: temblor, temblor. Eso es lo que dicen. Eso es parte de la leyenda. Y es que Teodoro Fernández Meyzán, el máximo ídolo del club Universitario de Deportes y uno de los jugadores icónicos del futbol nacional, es, hasta hoy, el hijo predilecto de la exhacienda Hualcará. Nacido el 20 de mayo de 1913 en una ranchería rodeada de hermosas campiñas, el formidable 'cañonero' fue hijo de don Tomás Fernández Cisneros y Raymunda Meyzán, una pareja de esposos que tuvo una numerosa descendencia. “La hacienda fue de la familia Ramos Cabieses. Ellos hicieron que la productividad agrícola sea una de las mejores de la provincia”, rescata y abre el baúl de los recuerdos el profesor Isidoro Flores. Uno de los mejores productos era el oro blanco: el algodón que salía al extranjero, desde el puerto de Pisco (Ica). Al finalizar los portales se encuentra la casa donde vivió Lolo. Foto: Luis Pérez Rumbo al éxito Lolo iniciaría su carrera deportiva en el Club Huracán Hualcará, hoy Club Lolo Fernández. Sus destacadas actuaciones y su fama de irreductible cañonero, le harían ganarse un lugar en la U. En el equipo crema jugaría durante 23 años. Su fidelidad a los colores estudiantiles -se dice que alguna vez rompió un cheque en blanco entregado por un dirigente del Colo Colo de Chile-, sus memorables anotaciones -en cierta ocasión uno de sus furibundos disparos hizo ingresar al arco al portero y a la pelota- y su fructífera carrera en el equipo de Odriozola (seis veces campeón y siete veces goleador), lo erigirían como el ídolo eterno de los cremas. Como seleccionanado nacional fue campeón Boliviariano en 1938 y Sudamericano en 1939. Además, sería el abanderado de la delegación peruana en los controvertidos Juegos Olímpicos de Berlín 36, los únicos en los que los deportistas peruanos se retiraron de la competencia por la supuesta intromisión de Hitler, después del triunfo nacional frente a la selección de Austria. El ocaso de la hacienda Durante el gobierno dictatorial del general Juan Velasco Alvarado, la hacienda Hualcará sería una de las afectadas por la reforma agraria. Ese fue el principio del fin y, acaso, los prolegómenos del actual partido contra el cemento. Tiempo después, en 1983, la salud del ya legendario futbolista empezaría a desquebrajarse. El 7 de setiembre de 1996, Fernández, el símbolo de la U, el jugador respetado hasta por sus más enconados rivales, dejaría de existir, aunque su recuerdo y su ejemplo de fidelidad con la camiseta crema, siguen vivos en el corazón de los hinchas. Y es por esa razón que un grupo de ellos, liderados por David Canales, promueven la Ruta de Lolo, con el propósito de hacer realidad esa frase futbolera de “a donde vayas te sigo campeón”. Restos de la infraestructura colonial de la ex hacienda Hualcará. Foto: Luis Pérez Ruta de Lolo Recuperar el espacio histórico y arquitectónico en el que creció el ídolo futbolístico, para que este no caiga en manos de empresas inmobiliarias, es el propósito de Canales y sus compañeros de pasión. Ellos, desde el año pasado, desarrollan la Ruta de Lolo, iniciativa que cuenta con el respaldo de hinchada de Universitario. “El objetivo es que la población se beneficie a través del turismo”, sostiene Canales. Y es que en Hualcará esperan a los hincha cremas para que vociferen una vez más: “Lolo no se va. Aquí se quedará…”. Ese será el último triunfo de Lolo, el gol que podría salvar a la hacienda que lo vio nacer y anotar sus primeros goles. Lolo hasta la eternidad. Foto: Luis Pérez El dato El domingo 22 se realizará una caravana en la Ruta de Lolo. Durante el peregrinaje los hinchas portaran flores que serán colocadas en el mural de ídolo crema. Luego, se desarrollarán ponencias, festivales gastronómicos, música en vivo y show para los más pequeños. En Rumbo Dónde: Hualcará, desvío carretera San Vicente de Cañete–Imperial.