No sólo pases por un destino, descúbrelo, vívelo y aprende de la gente,La verdadera aventura no está solo en escalar montañas, hacer canotaje, esquiar o practicar ciclismo. Hay que adentrarse en los intestinos de la cultura que te recibe para que vayas coleccionando no sólo fotos, sino, sobre todo, aprendizajes. PUEDES LEER: ¡Somos rumberos, seámoslo siempre! El turismo vivencial es auténtico, cautivador y capaz de crear vínculos que estimulen los sentidos y transformen la vida con un gran crecimiento personal. Todo esto se desarrolla fortaleciendo el vínculo entre el visitante y la familia anfitriona que enseña sus hábitos y costumbres. Así, los visitantes tienen la oportunidad de internarse en la Amazonía o remontarse al pasado para vivir tradiciones andinas, preincaicas, coloniales y republicanas, que aún perduran en la gastronomía, la música, el arte y en las costumbres comunales. Tal vez, conocer a la llama como animal de carga en una caminata, atravesar paisajes nevados de la Cordillera Blanca, merodear por el Caminos Inca en las afueras y dentro del Cusco o aprender a cocinar en fogón y hacer pachamancas, es parte de lo que te falta por descubrir. ¿A dónde ir? Entre los destinos que te recomendamos está el camino a la catarata Gocta, ubicada en el Amazonas, donde podrás descubrir una fauna asombrosa, así como la oportunidad de visitar reservas naturales en la selva, en zonas todavía vírgenes y que, a su vez, son hogares de muchas especies en peligro de extinción. La Amazonia peruana es el destino por excelencia del turismo vivencial. Asimismo, también tenemos el pueblito de Coporaque, ubicado en el corazón del Colca (Arequipa), conocido por su turismo vivencial, donde puedes ordeñar vacas, cosechar habas para el desayuno y realizar caminatas y cabalgatas, dentro de otras actividades que te desconectarán totalmente de tu rutina. Otras opciones también puede ser la Granja Porcón en Cajamarca, adentrarte en la comunidad de Maras en Cusco, o revivir mitos y tradiciones milenarias en el Valle Sagrado de los Incas o en Ollantaytambo. En todo caso, al destino que vayas siempre le podrás sacar el jugo. No te quedes con lo superficial, explora e intérnate en las costumbres del destino. Ahí está el verdadero sentido de los viajeros. Los demás, sólo son turistas.