Hace más de 30 años, en la av. 2 de la Ciudad del Pescador en Bellavista (Callao), un pequeño puesto de colores vivos comenzó a refrescar las vidas de sus vecinos. Te preguntarás a qué nos referimos. Este es un negocio que, a base de esfuerzo, llegó a posicionarse como uno de los favoritos de los chalacos, quienes han quedado encantados con los 34 deliciosos sabores con deleitan su paladar. En esta divertida nota compartida en redes sociales, te contamos todo.
Lo que empezó como un esfuerzo familiar para complementar los ingresos en tiempos difíciles se ha transformado en un emblema del sabor y la perseverancia: La Esquina de las Cremoladas.
Con los sabores de guanábana, fresa, lúcuma y los infaltables óreo, frapuccino o morocha deleitan el paladar de sus clientes. Foto: composición LR/ Bárbara Mamani-URPI
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Bajo los característicos toldos naranja, Margarita Rossi y su familia han creado un espacio donde la calidad y el amor por lo que hacen son el ingrediente secreto de cada cremolada. La historia de este emprendimiento es una narrativa de cariño, comunidad y evolución. Margarita, con el deseo de apoyar a su familia, comenzó vendiendo cremoladas de manzana y piña.
"Yo comencé aquí con unos tecnopor, porque antes no existía el cooler. Sacaba una mesita y colocaba mis cremoladas", recordó doña Margarita. Por su parte, su hija, Jessica Vásquez Rossi, contó a La República que este negocio es el esfuerzo de su madre por ayudar a su padre en tiempos en los que la pesca no estaba en buena situación y una forma de aportar a su casa era vender este delicioso producto.
La respuesta de la comunidad fue abrumadora, no solo en apoyo sino también en inspiración, ya que los clientes sugirieron sabores y se convirtieron en parte fundamental de la expansión hasta alcanzar los 34 que ofrecen actualmente.
Con los sabores de guanábana, fresa, lúcuma y los infaltables óreo, frapuccino o morocha deleitan el paladar de sus clientes. Foto: composición LR/ Bárbara Mamani-URPI
Sabores exóticos y tradicionales como lúcuma, coco, fresa, aguaje, aguaymanto, chirimoya, e innovaciones como Oreo, frappuccino y morocha, hacen de su oferta una aventura para el paladar.
La participación de la comunidad no se detiene en sugerencias. Generaciones de clientes han crecido con La Esquina de las Cremoladas, transformándose de niñas a señoritas que continúan visitando, ahora sugiriendo sabores como doña Pepa, sublime o el festivo pisco sour, con los que han demostrado que este lugar, más que un negocio, es un punto de encuentro familiar y de tradición.
La clave del éxito reside en la calidad y el amor, detalla doña Margarita Rossi. Cada cremolada se prepara pensando en la familia, asegurando que cada cliente reciba un producto hecho con cariño y frutas de la mejor calidad y respetando la sazón para garantizar frescura y sabor auténtico.
Este compromiso con la calidad y la atención personalizada ha posicionado a La Esquina de las Cremoladas como un referente no solo en el Callao, sino también en la escena gastronómica de Lima, ya que atrae a artistas, futbolistas y amantes de la comida de todos los rincones.
“Aquí han venido artistas, futbolistas y ciudadanos de otros países”, manifestó la emprendedora.
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La adaptación a los nuevos tiempos ha sido clave, con la incorporación de redes sociales y servicios de delivery que han ampliado su alcance. La participación en ferias gastronómicas importantes y el reconocimiento en la Ruta del Huarique, Mucho Gusto o la Feria del Ceviche en el Real Felipe son testimonios de su creciente popularidad y la calidad indiscutible de sus cremoladas.
La Esquina de las Cremoladas es más que un puesto de cremoladas; es una historia de familia, innovación y comunidad. Este verano, y todos los que vengan, los tolditos naranjas en Bellavista seguirán siendo un símbolo de frescura, calidad y amor por lo que se hace.