Hoy en día, los teléfonos inteligentes son los dispositivos centrales en la vida de millones de personas en el mundo, ya que permiten llevar a cabo múltiples actividades cotidianas en un menor tiempo. Por lo tanto, contar con un móvil que se encuentre en buenas condiciones es lo mejor para que tu experiencia de uso no se vea perjudicada por fallas repentinas con las apps. No obstante, lo cierto es que muchas personas ignoran cómo detectar si sus celulares ya están cerca de quedar obsoletos y si es necesario evaluar una renovación del equipo.
En caso de que no sepas qué tan urgente es para ti comprar un nuevo smartphone, entonces tienes que conocer una serie de conceptos técnicos que te permitirán despejar cualquier duda. Son múltiples los criterios a considerar que, en conjunto, dejan diagnosticar si un dispositivo dejó de ser útil, incluso si representa una carga para el usuario. Toma nota.
Si pasas gran parte de tu día borrando archivos, aplicaciones, memoria caché y más elementos porque tu teléfono no tiene espacio de almacenamiento interno para recibir datos, es una muestra de que su capacidad no llega al mínimo de exigencias actuales de la industria. Por lo general, los móviles de gama de entrada que se encuentran en el mercado actual no bajan de los 64 GB, por lo que, si tu teléfono soporta menos que esa cifra, debes considerar dar un salto a otro modelo más moderno.
Los celulares que se lanzan recientemente incorporan baterías con mayores capacidades energéticas y procesadores que gestionan mejor el consumo que demandan los procesos. En el caso de los teléfonos antiguos, el componente está tan degradado que te ves en la necesidad de mantener enchufado el dispositivo o lo recargas cada tres o cuatro horas.
Si es tu caso, sin duda alguna experimentas un indicador de que la vida útil de tu smartphone está llegando a su fin y el desgaste del componente interno ha alcanzado su punto más crítico.
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Otro de los indicadores de obsolescencia de celulares se da cuando los procesos se ejecutan mucho más lento que antes e, incluso, la pantalla se cuelga de un momento a otro. Es un fenómeno que demuestra que el procesador, la memoria y el almacenamiento no están al nivel de la exigencia técnica que demandan los aplicativos actuales.
Del mismo modo, suele ocurrir que, cuando el dispositivo corre al tope de su potencia, alcanza temperaturas elevadas en un menor tiempo. El sobrecalentamiento excesivo es una señal de que el equipo no puede seguir el ritmo de rendimiento que se demanda actualmente.
Si tu celular es muy antiguo, podrá acceder a una versión del sistema operativo que ya no es soportado por las principales aplicaciones del momento, como las redes sociales y los videojuegos. De ese modo, será imposible que instales apps y, en caso de que aún puedas utilizar alguna, no contarás con filtros de seguridad y privacidad que protejan tu información sensible ante eventuales ciberataques.