Hoy en día, las conexiónes domésticas a internet son una parte vital en la configuración de cualquier hogar. Sin embargo, muchos aún ignoran las medidas básicas que se recomiendan para conservar los routers. ¿Sabías que la mayoría cuenta con una placa, una CPU y hasta memoria RAM? Si quieres asegurarte de que el tuyo funcione correctamente, no te pierdas estos consejos prácticos.
Debido a su complejidad, el router está propenso a sufrir todo tipo de imperfectos. Estos pueden ser generados por una mala posición, un agente externo como el polvo o por razones de software complejos. Si nunca te detuviste a revisar el buen estado de tu adaptador, entonces te recomendamos seguir estos pasos:
Los routers cuentan con un sistema incluido dependiendo de su marca y modelo. Al ser un dispositivo que gestiona la conexión a internet, mantener actualizado su firmware es sumamente importante. De no hacerlo estaríamos manteniendo un sistema obsoleto que puede ser foco de vulnerabilidad para hackers.
La manera de protegerlos de ataques informáticos externos es algo diferente a hacerlo en una computadora. El riesgo principal es que alguien podría acceder al mismo sin que lo notemos hasta que sea muy tarde. Por ello, una de las mejoras prácticas para configurarlo es dotarlo de una contraseña fuerte y difícil. Usa números, espacios, letras mayúsculas y minúsculas y hasta símbolos.
La arquitectura del router no solo es tan compleja y delicada como el de cualquier otro aparato (como un smartphone o tablet), sino que también puede recalentarse debido al uso. Como no solemos tener el equipo cerca a nosotros, es difícil saber cuándo está sufriendo con la temperatura —algo que ocurrirá dependiendo de nuestro uso de internet—. Si quieres evitar todo tipo de problema térmico, lo mejor es colocarlo en una posición alta y ventilada, sin objetos cercanos que tapen sus rendijas de ventilación.
Por las razones anteriores, estos también deben colocarse en espacios donde no se acumule el polvo ni la humedad. Estos pueden alterar significativamente la temperatura del equipo, lo que afectaría en su rendimiento.
Por último, así como todo dispositivo con un sistema operativo integrado, el router puede necesitar un reinicio de vez en cuando, sobre todo cuando ha estado trabajando intensamente por largos periodos de tiempo. Si notas lentitud, caídas repentinas o problemas de velocidad, el primer paso para descartar otro problema es siempre apagarlo, esperar unos segundos y encenderlo nuevamente.