Apple, el gigante tecnológico detrás del imperio de los iPhone, ya cuenta con una historia gris en la industria debido a la obsolescencia programada, aquella cuestionada práctica de los fabricantes de ralentizar sus equipos antiguos mediante actualizaciones de software. Esta vez, una nueva demanda llega a sus oficinas desde Italia y se contemplan otras desde más países de Europa.
Apple fue protagonista del polémico y conocido incidente llamado ‘batterygate’, un escándalo en el que la compañía era culpada de hacer sus iPhones más lentos con actualizaciones sin avisar a sus usuarios. El escándalo tomó lugar con los modelos de iPhone 6, 7 y SE, lanzados entre 2014 y 2016.
Este episodio marcó un precedente para la obsolescencia programada, y pese a que Apple se justificó señalando que su intención era alargar la vida útil de los equipos debido a la degradación de la batería —algo que luego fue comprobado—, lo que se criticó por entonces fue la poca transparencia con sus propios clientes y el hecho de decidir por ellos sobre el futuro de sus dispositivos.
Tras este incidente, las demandas a Apple fueron constantes, por lo que tuvo que pagar los daños a muchas partes. Tres años después del escándalo, una denuncia similar llega desde el continente europeo.
La primera fue hecha por la Agencia Italiana de Protección de Consumidores, que presentó una demanda contra el gigante tecnológico por la misma razón y exigió una compensación de 60 euros por cada iPhone afectado. En total, el monto a pagar superaría los 60 millones de euros.
Por otra parte, reportes de portales especializados como GSMarena señalan que otros países ya están preparando sus demandas para presentarlas en las próximas semanas. Algunos de estos territorios son Portugal, España, Bélgica y hasta Brasil, todos con miras a exigir una compensación.