¿Usas cables o cargadores genéricos para recargar la batería de tu smartphone? Pese a que puede parecer inofensivo emplear productos alternativos o falsos, estos no suelen cumplir con las especificaciones mínimas de seguridad y protección, por lo que no solo representan un riesgo para el desempeño de los teléfonos, sino que son un peligro potencial para la vida de las personas.
Los artículos que provienen de distribuidores de terceros o no oficiales llaman la atención de los clientes al ofrecer precios más económicos que los productos originales. No obstante, las pruebas realizadas por National Trading Standars del Reino Unido revelaron que el 99% de los cargadores falsos que se venden a través de Internet son inseguros.
El diseño de este tipo de cargadores no suele seguir los estándares mínimos de calidad ni cumplen los requisitos que demanda la ley, es así como terminan cargando los teléfonos de manera inadecuada o entregando mayor amperaje del necesario, lo que deteriora la vida útil de la batería del dispositivo y provoca daños irreversibles.
Su funcionamiento ineficiente puede dañar la batería del smartphone.
Cada smartphone necesita un voltaje determinado para cargarse, por lo que la fabricación básica de estos artículos genéricos no llega a igualar la cantidad de vatios de potencia que se requiere o entregan energía de forma irregular. Esta inestabilidad es la causante de que los smartphones tarden el doble o el triple de tiempo en recargar la batería.
Suelen tardan más tiempo en cargar la batería.
En una investigación de Electrical Safety First, organización benéfica británica que trabaja por concientizar sobre la seguridad eléctrica, se puso a prueba una serie de cargadores falsos para iPhone y se descubrió que “el 98% de ellos tenían el potencial de causar una descarga eléctrica letal o provocar un incendio”.
Riesgo a sufrir descargas eléctricas.
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Los cargadores genéricos o falsos están equipados con componentes de mala calidad y no cuentan con las protecciones básicas de seguridad, pudiendo provocar que el smartphone se sobrecaliente y, como consecuencia, se produzcan cortos circuitos, explosiones o incendios.
En el peor de los casos, puede provocar cortos circuitos, explosiones e incendios.
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Los smartphones con baterías extraíbles perdieron su popularidad debido a la búsqueda de un diseño más estrecho y delgado. Las baterías no removibles no necesitan un panel trasero, lo que significa que ocupan menos espacio en el dispositivo. Hoy en día las personas quieren teléfonos hechos con materiales de alta calidad y cientos de funciones.
Los fabricantes decidieron darle lo que buscan a los usuarios, creando smartphones más delgados. Quitarle espacio les permite usar menos de esos materiales tan caros, lo que se traduce en un costo menor para los clientes. Además, los teléfonos se ven más estéticos y modernos.
En concreto, la carga rápida no afecta su vida útil, pero el calor producido durante la carga sí podría hacerlo, así como también lo hará si existe algún defecto técnico en ella o el cargador presenta alguna anomalía electrónica, causando que no se administre correctamente la energía.
La carga rápida trabaja en dos fases: la primera aplica un gran voltaje que brinda una carga del 50% a 70% entre los primeros 10 o 30 minutos. En la segunda fase, la velocidad disminuye y administra cuidadosamente la energía en el faltante 20% o 30%. Esto último, permite que el calor disminuya, de lo contrario, la batería sí podría dañarse.
En la actualidad, todos los teléfonos móviles utilizan baterías de iones de litio, los cuales son sensibles a las altas temperaturas. Esto significa que, si el calor aumenta demasiado mientras se carga el dispositivo, la batería se dañará lentamente con el tiempo. Por este motivo, se recomienda cargar el teléfono en un lugar ventilado, evitando dejarlo debajo de la almohada u otros objetos durante un largo periodo.