Decenas de personas trans y miembros de la comunidad LGTBIQ+ se unieron en una protesta contra los crímenes de odio y la violencia que enfrentaron en Lima. La movilización respondió a la creciente vulnerabilidad, marcada por el aumento de extorsiones y amenazas de muerte por parte de grupos delictivos desde 2021.
Una investigación de Ojo Público reveló que, en los últimos dos años, al menos cinco integrantes de la comunidad trans fueron asesinados. Frente a esta inquietante ola de violencia, la convocatoria para la marcha del pasado martes 13 de febrero a las 2.00 p. m. buscaba exigir justicia y seguridad para las víctimas, así como un cambio en las políticas de protección.
La protesta, que tuvo lugar en el cruce de jr. Chancay y jr. Zepita, en el Cercado de Lima, contó con el respaldo de unas 200 mujeres trans y organizaciones aliadas. Flavia Chavez, del colectivo Movimiento Peruano Trans de Arequipa, declaró para La República: "Esta marcha se hizo porque había impunidad. No encontraron al asesino de Rubi ni emitieron orden de captura para el responsable".
Chavez destacó las condiciones de impunidad y la falta de medidas para resolver casos como el asesinato de Rubi. Asimismo, subrayó: "Estamos exigiendo que las condiciones para mujeres trans cambien. Nos presentamos a puestos de trabajo y nos dicen que regresa, te llamaremos y eso nunca pasa".
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La demanda central de la protesta incluyó cambios en las políticas de seguridad y justicia para garantizar la protección de las personas trans y miembros de la comunidad LGTBIQ+. Además, se exigía el reconocimiento legal de los cambios de nombre y categoría sexual en los documentos de identidad, así como oportunidades laborales sin discriminación.
En ese contexto, dentro del pliego de reclamos, se encuentran las siguientes exigencias:
Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”. Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).