Una de las causales para que una relación se termine es la tan conocida infidelidad. Algunas personas que se han visto involucradas en este hecho han indicado que puede tratarse de una enfermedad, pero ¿es esto cierto? ¿Es posible que una persona infiel pueda atribuir que comete ese acto porque está en condición de enfermo?
La República conversó con dos expertos en salud mental para ahondar en el tema de la infidelidad. Aquí te contamos por qué no se le puede considerar una enfermedad.
Según el licenciado Miguel Angel Rojas Medina, especialista en Salud Mental, la infidelidad no puede ser considerada una enfermedad debido a que se trata de un accionar premeditado. Sí o sí requiere de un plan de por medio para que se pueda llevar a cabo y la persona infiel no sea descubierta, lo que él o ella decida que pueda durar el amorío.
"No vendría a ser una suerte de trastorno o enfermedad en sí, ya que la infidelidad requiere premeditarlo, planificarlo. Requiere la operación de nuestras funciones cognitivas, el pensamiento, la inteligencia. No podemos decir que es una enfermedad o un trastorno porque no se da de manera impulsiva o repentina. Pero sí, puede tener ciertos factores subyacentes que pueden movilizar estas conductas", dijo el especialista.
Asimismo, apuntó que existen factores que pueden llevar a una persona a ser infiel. "Por ejemplo, la existencia de alguna insatisfacción. A nivel personal, puedo tener una insatisfacción personal, sexual o una necesidad afectiva en mi persona no está cubierta. Como respuesta a ello, yo puedo buscar en paralelo a una relación formal, experiencias o actividades de infidelidad", recalcó.
En tanto, para Julio Huamán, bachiller en Psicología de la UNMSM y terapeuta, la infidelidad tampoco puede ser considerada una enfermedad; puesto que la persona que realiza este acto podría tener un patrón de conducta específico.
"La infidelidad no está catalogada como tal, pero sí el término infidelidad se esconde dentro de un patrón de individualismo y quizás un posible narcisismo a alguien que tiene un patrón continúo de conductas. La infidelidad es considerada una manifestación de creencias y valores en base a lo que son los vínculos de pareja", indicó a este medio el terapeuta de Psicología con Julio.
Según un estudio de 2021 del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) del Ministerio de Salud, existe una notable disminución de la infidelidad como causa de tensión familiar en Lima Metropolitana: se pasó del 18,3% al 1,1%. Este descenso se reflejó durante la pandemia. Sin embargo, actualmente no hay un estudio pospandémico.
Según Huamán, la persona que está involucrada en un amorío presenta ciertos cambios en sus actitudes. "El cambio de rutina es notorio. Haces actividades que antes no hacías. Paras menos tiempo en casa, incrementas el trabajo. Pueden manifestar una distancia física que se pueden evidenciar inclusive en el plano sexual, como el rendimiento sexual o el disfrute que se tiene como pareja. Comienzan a decir algunas mentiras pequeñas, la comunicación cambia, se dejan de hablar temas personales. La pareja deja de salir juntos, se prohíbe que se suban fotos juntos. El uso misterioso del celular también es un indicador, entre otras señales más", recalcó.
Según una encuesta de RantCasino, las infidelidades en la oficina son comunes, ya que los compañeros de trabajo con exceso de tareas a menudo se apoyan unos en otros para aliviar el estrés de la rutina diaria. Aquí la lista de profesiones en las que más se cometen infidelidades.