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Sociedad

Sabrina Duque: “A muchos políticos no les importa la gente, sino la tajada que se llevarán”

Sabrina Duque, periodista y autora de 'Necesito saber hoy de tu vida' (2021) y Lama (2017), habla sobre el contenido de su libro 'Volcánica'.

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Sabrina Duque estuvo invitada en el Hay Festival Arequipa 2023. Foto: La República

Rodeada por el Misti, Pichu Pichu y Chachani, Sabrina Duque (Ecuador, 1979), se siente en Arequipa como en casa. Ver erupciones ha sido una constante en gran parte de su vida. En su libro Volcánica la periodista narra las protestas que dejaron centenares de asesinados en Nicaragua (2018), tierra de volcanes, contra el régimen de Daniel Ortega. Aclara que la intención era tocar la relación festiva de la gente con sus volcanes, pero las circunstancias cambiaron el rumbo.

–¿Qué te atrae de los volcanes?

Nací en un país cruzado por la cordillera de los Andes (Ecuador). En Guayaquil, con el cielo despejado, se puede ver el Chimborazo, que es gigante. Desde Quito el Pichincha. Me parece fascinante como pueden ser tan inmensos. Si el volcán Cotopaxi perdía nieve, la población se asustaba y pensaba que se calentando la caldera. Saben que en el momento que erupcione todo el valle alrededor de Quito se va a inundar y van a venir oleadas de agua hirviendo. La población sabe que son peligrosos.

–¿Cómo te interesas en los volcanes de Nicaragua?

 Cuando me mudo a Nicaragua, empiezo a ver que hay muchos volcanes super chiquitos, sin esas dimensiones que la gente relaciona con miedo. En Ecuador, el Tungurahua ha erupcionado desde el 1997 y la gente ha perdido sus casas, cayó lluvias de ceniza. Pero en Nicaragua ven a sus volcanes inofensivos. Suben en auto, ven la lava hirviendo. Ahí me nació mi interés, esa diferencia del miedo, a la gente que acampa para dormir a un lado de una caldera. Entender por qué la gente no les teme. Pero de un momento a otro iniciaron protestas en Nicaragua. Veía a chicos caminar sabiendo que tenían paramilitares al frente con AKM, armas de guerra, sin ningún tipo de miedo. Pensé que esto es exactamente lo que hacen con los volcanes, ellos no les tienen miedo como a la muerte.

–¿Moldea la actitud de la gente que convive con los volcanes?

Creo que sí, pero solo en el caso de Nicaragua como en Centroamérica los volcanes son nuevos, super jóvenes. Hay gente que nace, crece y muere viendo erupcionar volcanes todos los días. Me impresionó mucho las huellas de Acahualinca (Managua, Nicaragua) que son huellas de grupos de habitantes del Holoceno que caminaron sobre ceniza volcánica. No eran gente corriendo sino caminando. Una de las conclusiones fue que tuvieron sangre fría para irse viendo erupcionar un volcán.

–¿Qué ves de distinto esa actitud del pueblo nicaragüense?

Después de la violencia en 2018, me di cuenta, a través de las comisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de esa particularidad. Me dijeron algo que me marcó. Cuando la gente les trajo las fotografías de sus seres queridos desaparecidos o ejecutados, los traen desmembrados, colgados en un puente, en vez de una foto alegre.

– También cubriste la tragedia por la mina Sanmarco en Brasil con tu libro Lama.

Es la tragedia ecológica más impresionante que he cubierto. Son dos pueblos que desaparecieron (Bento Rodrigues y Paracatu de Baixo) por el desborde de desechos tóxicos de una minera. Es una tragedia porque hay un ejercicio de la corrupción, de que no importa la vida de los otros. Permitieron modificaciones y no pusieron filtros a la presa que se llenó. En el segundo pueblo se salvan, en el primero gracias a una chica gracias hubo sobrevivientes. Murieron 19 personas.

–Ese tipo de tragedias se repiten mucho en Latinoamérica, ¿ves un común denominador?

He visto desbordes de relaves, pero nunca una cosa tan malintencionada. Fue producto de la corrupción. Esa gente lo perdió todo, sus perros, sus gallinas. Perdieron su rutina de cuidar sus cultivos, se quedan sin ese contacto humano porque los trasladan a departamentos, muchos cayeron en depresión. Como común denominador, a los políticos que hacen negocios con las grandes empresas y no ven si va a atravesar una zona importante para el medio ambiente. No les importa la gente, lo que les importa es la tajada que se van a llevar.

–También realizas perfiles que reuniste en Necesito saber hoy de tu vida.

Es lo que hago mejor, me divierto más que con las historias de tragedia.

–¿Cuál es el personaje que te ha gustado más perfilar?

Todos tienen algo, por ejemplo, Cristiano Ronaldo para mí fue maravilloso la deconstrucción de su perjuicio de arrogante. Es un perfil y me siento orgullosa por que la gente se da cuenta que es una cosa cultural. Hay un humor que tiene y que nadie reconoce, él se burla de sí mismo. Lo tuvo que hacer desde chiquito porque tenía un acento portugués muy marcado. Ese humor lo puedes ver en comerciales, como cuando Cristiano se pone una camiseta de tamaño infantil para que los músculos estén más mercados. Ahí se estaba burlando de esa fama de vanidoso que tiene.