Los profesores de universidades peruanas a nivel nacional pagan grandes sumas de dinero para figurar como coautores de investigaciones científicas y, de esta manera, obtener bonos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) o los beneficios económicos de las casas superiores de estudios donde trabajan, según reveló un informe de 'Punto final'.
Esto no es una sorpresa para el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), pues la entidad precisó que conoce esta problemática, pero que no cuenta con capacidad sancionadora. “Nosotros tenemos información que busca nuestro propio personal aquí en Concytec y hacia fuera. Todavía no tenemos la capacidad sancionadora operativizada", manifestó Claudia Córdova, directora de Concytec.
En ese contexto, las denominadas "granjas de científicos bambas" operan sin restricciones y otorgan el título de coautor a docentes universitarios en investigaciones que ni siquiera son de su especialidad o que tuvieron como campo de estudio a ciudadanos de otros países. Eso no importa. El único fin es figurar en una publicación científica.
¿La razón? Obtener beneficios económicos de sus centros de trabajo. Tanto las universidad privadas como públicas otorgan dinero a los docentes que publiquen investigaciones en revistas científicas internacionales. Esto se da a manera de recompensa, ya que Sunedu exige a las universidades que sus maestros generen trabajos académicos.
En el caso de las universidades privadas, se otorgan bonos entre 4.000 y 8.000 soles mensuales, además del sueldo. Mientras que en las universidades nacionales es de medio sueldo extra.
Sunedu exige a las universidades que sus docentes realicen investigaciones científicas. Foto: composición LR
Un ejemplo de esta mala praxis es Rosario Romero Parra, excatedrática de la Universidad Continental, quien tiene licenciatura, maestría y doctorado en educación; sin embargo, sus papers son de medicina. Uno de ellos es la investigación “Síntesis de recubrimientos compuestos de TiO2/rGO sobre aleaciones de titanio”, en la que figura como la única autora peruana.
Al ser consultada en el reportaje de 'Punto final', Romero aseveró: "Claro (tengo conocimientos en esa área), soy investigadora multidisciplinaria, tengo un hijo médico que me apoya”.
La casa superior de estudios notificó que fue separada de la institución, luego de que descubrieran una presunta compra de autorías de algunos artículos científicos.