La reconstrucción de su plantel educativo obligó a que 960 alumnos del colegio Nuestra Señora de Fátima se muden a unos módulos temporales instalados dentro del colegio San José de Chiclayo. Lamentablemente, el actual espacio no brinda las condiciones para el adecuado desarrollo de las clases presenciales, según el director Teófilo Ipanaqué Cayotopa.
El docente indicó que desde el 2 de mayo ocupan este lugar, pero pasada una semana ya temen por la salud de los escolares. Y es que los módulos se han levantado sobre tierra y piedras.
Además, los estudiantes deben desarrollar sus actividades del curso de educación física dentro de las aulas ante la inexistencia de un patio y, menos, de una cobertura que los proteja de los rayos solares.
En diálogo con La República, Ipanaqué Cayotopa refirió que el 2 de mayo enviaron un documento al Gobierno Regional de Lambayeque para solicitar que se pueda mejorar el estado del piso mediante la colocación de algún otro material, tras conocer sobre la disponibilidad de un tipo de agregado. Sin embargo, a siete días de formalizada la petición, no han obtenido una respuesta.
Si bien cuentan con agua potable en el colegio, no tienen la misma suerte con el suministro de energía eléctrica, por lo que no pueden cumplir con cursos como el de computación o talleres que impliquen el uso de aparatos electrónicos. Estas limitaciones continuarán hasta que en agosto puedan contar con su nuevo local educativo.
Frente a los cuestionamientos que hicieron algunos padres por la falta de higiene en los baños portátiles, el director explicó que es la contratista la responsable de mantener la limpieza.