Hay personas que no dudan en arriesgar la vida cuando la muerte acecha. Es la historia de Armando Hugo Ureta Yalico, de 28 años, quien rescató a un niño de 2 años que era arrastrado por un huaico en Jicamarca, en San Juan de Lurigancho.
Él cuenta que estaba pendiente del deslizamiento de agua y lodo cuando una señora advirtió la presencia de un infante. Sin pensarlo, corrió unos 80 metros en la torrentera para alcanzar al bebé. “No dudé, en ningún momento, en socorrerlo”, señaló.
Armando radica en Pucusana, pero fue a SJL el miércoles para visitar a su primo que vive en Jicamarca. Pensaba irse ese mismo día; sin embargo, su pariente lo animó a quedarse, sin imaginar que iba a protagonizar un acto heroico. En ese sentido, indicó que es la primera vez que salva la vida de una persona. Incluso, ayer seguía ayudando a los vecinos de la localidad a sacar el lodo de sus viviendas ante la ausencia de las autoridades. “Mi familia me ha inculcado a dar la mano a cualquier persona. En Pucusana, ya me conocen, soy una persona que puede apoyar en cualquier momento”, comentó.
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Lo salvó. Armando Ureta en el momento del rescate. Foto: difusión
El llamado Ángel de Jicamarca conoció ayer a José Luis Castillo, papá del niño que rescató. Él se recupera en el hospital de San Juan de Lurigancho.
José recuerda que fue arrastrado por el huaico cuando tenía a su pequeño en brazos. La fuerza del agua y los golpes de las piedras lo vencieron y soltó al bebé.
Ahora, el símbolo de la esperanza en lo que va de esta tragedia por las fuertes lluvias en el país es el niño salvado del huaico en Jicamarca. En el 2017, fue Evangelina Chamorro, en Punta Hermosa. Ambos representan la lucha por la sobrevivencia en esta situación de desastre y abandono de muchas malas autoridades.
En tanto, en el norte del país, otro ciudadano que vale un Perú es José Coronado Domínguez, quien colaboró con la evacuación de 40 familias afectadas por la inundación de sus casas a causa del desborde del río La Leche, en el distrito de Íllimo, Lambayeque.
Con la ayuda de una escalera, él llegaba hasta el segundo piso de las viviendas para rescatar a los ciudadanos que estaban atrapados. Así lo hizo desde las 6:00 a. m. del último viernes 10 de marzo. Apenas amaneció y sin desayunar, el señor José Coronado, junto con otros pobladores, se apoyaron unos a otros para salvar personas, animales y enseres.
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El niño y su padre se hallan en buen estado tras ser arrastrados por un huaico en Jicamarca, informó el director del hospital de San Juan de Lurigancho, Juan Becerra. Tras haberle practicado varios exámenes, el pequeño fue dado de alta por la tarde.