Cusco. El mítico cerro Huanacaure o Wanakauri, donde según las leyendas surgió el imperio de los incas, esconde una serie de misterios. Estos pudieron descubrirse luego de cuatro años de trabajo para restaurar el camino ritual que une el templo del Qorikancha con el emblemático Apu.
Las investigaciones arqueológicas de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) – Cusco, permitió evidenciar a lo largo de 13 kilómetros del camino inca, ubicado sobre los 3 995 metros sobre el nivel del mar, una serie de vestigios. Se halló muros de sostenimiento de tierra y de talud, escalinatas de piedra, canales hidráulicos superficiales y subterráneos.
En la cúspide de la sagrada montaña, los incas levantaron una estructura poligonal de connotación astronómica y ceremonial, que da forma a una media chakana. Durante el incanato era el destino del camino de peregrinación en el ritual del Warachikuy (ceremonia en el que los jóvenes pasaban a la adultez, listos para la guerra) la que se realizaba en el solsticio de verano.
“Este espacio era considerado de suma importancia para los incas, pues desde aquí se puede observar otra montaña importante como es el Pachatusan considerado como un marcador astronómico para determinar fechas específicas dentro del calendario inca” explicó el arqueólogo Miguel Sánchez.
En el lugar se puede observar una enorme roca que tiene las características y la configuración de Apu Pachatusan, que se divisa a varios kilómetros del Wuanakauri , como se tratara de una réplica de piedra.