Los vecinos de Chorrillos están atemorizados y no es precisamente por la delincuencia que se vive en el país, sino por los casos de envenenamiento que se han reportado en el distrito, precisamente en el parque Cañón del Pato.
Sarita Ayala, vecina de la jurisdicción, utilizó sus redes sociales para dar a conocer este caso. En comunicación con La República, contó que los problemas vienen desde hace meses por parte de la Junta de Seguridad Ciudadana que hay.
Este grupo humano, que tiene el respaldo de la comisaría del distrito, ha mostrado su total rechazo a las mascotas desde hace meses. Precisamente, este distanciamiento con los perritos y gatitos de la zona ha hecho que impulsen una medida arbitraria para muchos: cerrar el parque de recreación.
Con esta iniciativa, la Junta de Seguridad Ciudadana busca que los vecinos no paseen con sus perros por las áreas verdes.
“Ella (la presidenta del grupo) ha hecho muy buenas cosas en la zona, pero lo último que ha realizado ha sido pedirle a la municipalidad para que se cierre el parque porque varias personas que pertenecen a la junta no quieren a los perros. Hay muchos dueños de mascotas que somos responsables. Por ejemplo, hace unos días nos reunimos para limpiar el parque”, explicó Sarita Ayala.
Luego de que la Junta de Seguridad Ciudadana mostrara su posición, empezaron a ocurrir hechos inusuales en la zona, en esa línea, el envenenamiento a los perros. Sarita Ayala se enteró de que el sábado 16 de julio un can cayó enfermo y, pese a que lo llevaron al veterinario, falleció.
Al día siguiente, el domingo 17, dos canes más probaron el veneno, pero esta vez sí los lograron salvar.
“No tenemos pruebas de quién ha sido el que ha envenenado, pero el único conflicto que existe es este”, sentenció la vecina.
Los vecinos de Chorrillos también están incómodos porque, desde hace meses, el parque está cercado para que no puedan ingresar los animalitos domésticos. Ayala asegura que el personal de Serenazgo se acerca al lugar solo para cuidar que las personas y sus mascotas no entren al espacio abierto.
Las mallas, supuestamente, iban a estar hasta que el pasto crezca; sin embargo, su instalación se ha prolongado desde abril hasta julio de este año. “Los uniformados no cumplen su labor porque no velan por la seguridad, sino que se preocupan por quién pisa el gras con su perrito”, sentenció.
En Perú se puede denunciar el maltrato animal. Para eso, se deben seguir los siguientes pasos: