A través de redes sociales, Elizabeth D’Uniam hizo público que la escuela de danza Avilés discriminó a su menor hija de cuatro años con síndrome de Down al no dejar que recuperara las clases de ballet que no había podido llevar en el mes de enero.
De acuerdo a D’Uniam, le dijeron que sí podría recuperar las clases a las que no asistía. Sin embargo, la recepcionista, señalaba que debía pagar la mensualidad de febrero para que recién esto aplique.
En los videos compartidos en su cuenta de Twitter se puede escuchar la discusión que tienen las mujeres, en las que incluso aceptan que sacan a la niña del salón de clases y que el libro de reclamaciones no se encuentra en el lugar.
La madre, irritada, señaló que le pusieron trabas desde el inicio, cuando le pidieron que la menor, quien ama el arte y estaba emocionada por aprender ballet, lleve clases individuales porque “era lo mejor para ella”.
“Como madre me siento indignada, pues han vulnerado los derechos de mi hija de cuatro años con diagnóstico de síndrome de Down. (...) Después de la segunda clase me pusieron barreras para que continúe y me pidieron que haga clases individuales porque, según ellos, era lo mejor para mi hija. Como no estuve de acuerdo, me dejaron continuar, pero optaron por desinformarme sobre el inicio de clases del 8 de febrero y me solicitaron un pago adicional para darle opción a una vacante y recupere sus clases”, detalló.
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Ante ello, optó por escribir en el libro de reclamaciones lo ocurrido. Sin embargo, los actos discriminatorios hacia su hija continuaban. Fue el 8 de febrero cuando sobrepasó lo esperado. “El 8 de febrero sacaron cargada a mi hija de la clase sin avisarme, dejándola sola cerca a una escalera donde pudo haberse lastimado. Con total molestia e indignación tuve que retornarla a la clase y, ante ello, solicité el libro de reclamaciones, pero la directora y la recepcionista me negaron este derecho aduciendo que lo tenía su abogado”.
Al verse en esta situación solo optó por grabar la discusión y difundirla por las redes sociales. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a través del Conadis se puso en contacto con ella a través de Twitter, así como Indecopi, debido a que le negaron el libro de reclamaciones.
“No deseo que ningún niñ@, ni padre o madre de familia pase por una dolorosa situación como la que hemos vivido por defender los derechos de las personas con discapacidad a ser incluidos y tener igualdad de oportunidades para promover su aprendizaje”, finalizó Elizabeth D’Uniam, a la espera de que su menor pueda vivir en un país con menos discriminación, como la ejercida por la escuela Avilés.