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Sociedad

Deportista paralímpico Théo Curin hace historia al cruzar a nado el lago Titicaca, el más alto del mundo

El nadador, a quien le amputaron las extremidades de niño por una meningitis, confiesa que hubo alegría, miedo y lágrimas. Junto a dos de sus compatriotas, nadó 122 kilómetros desde Bolivia a Perú, a 3.809 metros sobre el nivel del mar.

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Malia Metella, Théo Curin (al centro) y Matthieu Witvoet celebra su hazaña en el lago Titicaca, en Puno. Foto: Théo Curin

“Alegría, miedo, lágrimas... Pero sobre todo, somos los primeros en cruzar el lago Titicaca nadando con total autonomía”, escribió en su cuenta de Facebook el nadador paralímpico Théo Curin, quien junto a sus dos compatriotas, la cinco veces campeona de natación de Europa Malia Metella y Matthieu Witvoet, protagonizó un hecho histórico a 3.809 metros sobre el nivel del mar.

Los tres destacados deportistas franceses partieron desde el puerto de Copacabana-Bolivia para llegar a las islas flotantes de los Uros-Perú, el sábado 20 de noviembre. La travesía inició el 10 de noviembre. Durante diez días, nadaron 122 kilómetros.

La hazaña es un símbolo de superación y esperanza que el nadador paralímpico Théo Curin dejó como mensaje a todas las personas con alguna discapacidad. El deportista perdió sus cuatro extremidades a raíz de una meningitis cuando era niño. Pese a ello, Curin cumplió el reto de cruzar el lago Titicaca.

“Durante el primer confinamiento decidí dejar a un lado mi carrera como nadador paralímpico (la competencia se había vuelto demasiado complicada para mí porque nadaba en la misma categoría que los chicos con ambas manos) (...) Pero en ese momento ya tenía una nueva idea en mente... ¡Creando mi propia expedición donde yo establezca las reglas! Así es como nació la travesía del lago Titicaca...”, detalló Curin a través de Facebook, medio que utilizó para agradecer a Malia Metella y Matthieu Witvoet por aceptar hace 14 meses su propuesta.

Los deportistas soportaron tormentas, vientos y oleajes. Algunos días, cuando el clima era cruel, evitaron nadar contra la corriente para que la balsa que les servía de refugio y para dormir sea remolcada.

Matthieu Witvoet contó algunas anécdotas. El día 7 de la travesía, los deportistas fueron sorprendidos por un fuerte viento acompañado de granizada. “Pensábamos que en cualquier momento nos iba a impactar una tormenta eléctrica. Tuvimos que refugiarnos en una cabaña que pertenecía al señor Bartolomé y su esposa Carmen, quienes nos acogieron. Así pudimos sobrevivir para contar esta hazaña”, relató entre risas Witvoet.

Witvoet, quien domina el idioma español, explicó que esta travesía en el lago más alto y navegable del mundo tiene el propósito de generar consciencia medioambiental. Además, es un llamado de atención para cuidar el lago Titicaca.

Al promediar las 16.00 horas de ayer, llegaron a las islas flotantes de los Uros, donde fueron recibidos por sus habitantes con música. El arribo se convirtió en una fiesta.

El municipio de Puno, por su parte, hizo un pequeño reconocimiento a los deportistas y colaboradores de esta travesía.