Cargando...
Sociedad

Nos deja Pedro Parra, diseñador gráfico de La República

Obituario. El 5 de junio hubiera cumplido 71 años. Alegre, cordial, talentoso, participó en numerosas publicaciones de este diario, del cual fue fundador. Su partida entristece al gremio.

larepublica.pe
Lápiz en mano. Con Thorndike, Sakuda, Alfonso la Torre, Mario Campos, entre otros. En los primeros años de La República. Foto: La República

¡Estaaa es laaaa fotooo!, exclamaba Pedro Parra, uno de los diseñadores gráficos fundadores de La República, con un vozarrón que llenaba toda la sala de redacción.

Otro de sus gestos favoritos era coger una página y sostenerla en el aire con una mano, la “pesaba” por unos segundos, y luego, ante la mirada sorprendida del reportero, le decía la cantidad exacta de texto que debía entregar. Y acertaba.

Un líder periodístico nato, un organizador de equipos de diseño, un formador de diagramadores y, en las horas de cierre, demostraba no creer en horarios, en sueño, en cansancio.

Pedro Florencio Parra Ayala, identificado con este diario desde su aparición en 1981, falleció a los 70 años, luego de batallar varios días en la Villa Panamericana contra el Covid-19.

Anteriormente, el hombre que utilizaba con maestría los espacios de las páginas periodísticas para ubicar con armonía tanto las informaciones como las fotografías y gráficos, las tipografías, había vencido dos comas diabéticos que deterioraron su cuerpo.

Pese a sus males, se daba tiempo para saludar por Facebook a sus amigos o para recibir algunas llamadas telefónicas.

Parra pertenece a los años primigenios de La República. En la mesa de edición hizo historia con el ‘Gringo’ Guillermo Thorndike, Alejandro Sakuda, Oscar Cuya, Raúl Sagástegui y muchos otros periodistas cuajados en largas batallas noticiosas.

Pedro Parra

“Lo recuerdo desde el primer local de La República, en el jirón Huancavelica: ‘¡Si no hay páginas, me voy!, decía, para presionar a los redactores. Yo lo veía alto como un roble, montaba el lápiz bicolor en el pabellón de la oreja, con el cigarrillo en la mano izquierda y la otra en la cintura, era una chimenea andante durante toda la jornada nocturna”, recuerda el editor Ernesto Carrasco.

Pedro era un tren al trabajar, movido al parecer por las tazas humeantes de café, que degustaba en todo momento.

Además de La República el buen Pedro, tan bueno como un pan, trabajó en La Crónica, Última Hora, Super Ídolo, Liberación, y fue director de uno de los primeros diarios populares del país, Ya Pues, un magazín de espectáculos y deportes, con un diseño de notas cortas y gran despliegue fotográfico.

Hizo escuela. Muchos de quienes se formaron a su lado deben haber concebido el formato de numerosas revistas o diarios. Su talento para elaborar páginas se conocía tanto como su pasión por la gastronomía, por sus recuerdos de cuando jugó fútbol en el Oratorio de Magdalena, por su afición por los buenos vinos.

“Se va un amigo leal, solidario, defensor de causas justas, un maestro e innovador en su especialidad. Desde que trabajamos por primera vez en La Crónica, me sorprendió su talento para el diseño, la rapidez y calidad en la presentación de una página”, confiesa el periodista Jorge Sandoval.

Franco, tenaz, un compañero de interminables jornadas periodísticas.

El virus pudo apurar su partida, pero no podrá traer su olvido.

Parra