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Sociedad

Dos días de trabajo y 5 en casa

Es la fórmula propuesta por un grupo de expertos apenas se levante el estado de emergencia.

“Los escenarios que nos ponemos es que de acá a 8 a 10 días vamos a llegar a la parte alta de la curva de contagios y de ahí comienza el descenso que está previsto”, explicó el presidente Martín Vizcarra en una de sus recientes ruedas de prensa al mediodía. Y agregó que en función de la evaluación de la información actual es que el estado de emergencia se extenderá.

Pero todo volverá menos la normalidad. Lo dicen los expertos. La política de alejamiento social puede detener la proliferación del mal, pero ya está por matar la economía: desempleo, más pobreza y, lo que es peor, los pacientes y portadores pueden reactivar la epidemia.

Es precisamente este escenario el que inspiró a un grupo de matemáticos del Instituto de Ciencias Weizmann, de Israel, liderado por el profesor Uri Alon, al diseño de un modelo que se puede aplicar cuando se llegue al pico de la curva de contagios para detener la difusión del coronavirus mientras permite la reactivación de la economía, aunque limitada. Alon es físico teórico y experto en biología de sistemas.

Los creadores del modelo la bautizaron como “bloqueo inteligente”: un ciclo semanal de dos días de trabajo y cinco de distanciamiento social dentro del domicilio que solo se aplicaría a países como el Perú, que aplicaron un bloque total a las actividades productivas. Según sus cálculos matemáticos este modelo funcionaría mejor si se dan plazos de 4 días laborales por 10 de internamiento o, mejor, si es de 6 días de trabajo por 15 de internamiento domiciliario (ver ilustración).

Como lo reconoció el propio presidente Vizcarra, un levantamiento total del distanciamiento social amenaza con retornar el riesgo de infección, por lo que la propuesta de Alon permite controlarlo y, lo que es también importante, devolver cierta normalidad durante unos días por semana a la población, al tiempo que activa parte de la economía.

El bloqueo inteligente puede ser la única opción viable para los países que no pueden implementar pruebas suficientes a tiempo. Permite que millones trabajen dos días a la semana, manteniendo sectores económicos clave. En lugar de estar completamente desempleadas, las personas puede laborar a un 40% de lo normal. No solo beneficiará a la empresa, también servirá psicológicamente al trabajador afectado.

Los días laborales fijos para todos permitirán a los trabajadores y gerentes planificar con anticipación y mantenerse productivos. “Nuestro mensaje principal”, dice Alon, “es abrir la discusión sobre el bloqueo y señalar que una estrategia de bloqueo inteligente bien diseñada puede suprimir la epidemia y sostener la economía”.

Solo “cuando el número de diagnosticados baje durante una o dos semanas”, como está ocurriendo en Italia, se puede plantear este cierre parcial, cree Alon. Eso sí, advierte el experto israelí, durante los pocos días del casi retorno a la normalidad del modelo, la interacción social deberá ser limitada, las medidas de higiene estrictas y las personas en riesgo o infectadas no podrían salir. Y, en los días de cierre, se puede aprovechar para desinfectar los lugares públicos.

Se calcula que la reactivación laboral afectaría a un 40% de las actividades económicas ya que no todos los sectores podrían operar al mismo nivel que en el pasado y, en principio, su aplicación se circunscribe a regiones o estados, para evitar los casos importados.

El modelo que propone el Instituto Weizmann busca contribuir, además, en las necesidades psicológicas de millones de trabajadores afectados por la pandemia, cuando todos necesitamos sentirnos productivos, tener planes semanales y volver a retomar una vida que, gracias al coronavirus, ya no será normal.

Trabajo e infección

Uri Alon, profesor del Instituto de Ciencias Weizmann, en Israel, es uno de los pioneros en el campo de la biología de sistemas.

La mayoría de los portadores no son infecciosos durante los primeros cuatro días después de haberse infectado. Después de eso, hay un período de tres días en el que son infecciosos, y luego ya no lo son. Por lo tanto, si alguien se infecta durante su tiempo en el trabajo, solo será infeccioso cuando regrese al aislamiento de su hogar. Estarán cerca de muy pocas personas durante ese tiempo, lo que reducirá drásticamente la posibilidad de infectar a otros.

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