El jugador danés, Christian Eriksen, se encuentra estable en un hospital de Copenhague tras sufrir, el pasado sábado, una parada cardiaca en pleno partido y caer desvanecido.
La inmediata llegada de los servicios médicos que le practicaron la maniobra de reanimación cardiopulmonar fue clave para evitar la muerte súbita, que ya se ha cobrado la vida tanto de deportistas de alto nivel como de aficionados.
Tras este grave incidente, la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en un comunicado resalta la importancia de reconocer una parada cardiorrespiratoria e iniciar inmediatamente la RPC, además de llamar a los servicios de emergencia y buscar un desfibrilador en el entorno.
Estos son las primeras pautas que se deben seguir ante un caso de parada cardiaca, según la SEC:
Cada minuto que pasa sin que se actúe se reduce un 10% la supervivencia, sostiene la Sociedad Española de Cardiología. Foto: difusión
“No debemos perder tiempo con dudas sobre la respiración y el pulso porque cada segundo es importante”, advirtió el coordinador del Grupo de Trabajo de Reanimación Cardiopulmonar de la SEC, Pablo Jorge Pérez, quien explicó que cuando alguien sufre una parada cardiorrespiratoria no puede tragarse la lengua y, por tanto, no hay que distraerse con maniobras innecesarias.
El tiempo de actuación y la implicación de los que presencian la parada cardiaca es esencial, pues por cada minuto que pasa sin que actuemos se reduce un 10% la supervivencia.
Por otro lado, es necesaria la presencia de desfibriladores (DEA) en el entorno, pues estos dispositivos han demostrado su efectividad, utilidad y seguridad en programas de atención inmediata realizados por personal no sanitario en espacios públicos y de gran afluencia.
La muerte súbita asociada a la actividad deportiva es un acontecimiento dramático con importantes implicaciones en el ámbito clínico y social, manifestó la SEC.
En esa línea, la Revista Española de Cardiología (REC) sostiene en una investigación que la muerte súbita asociada al deporte ocurre en un 96% de los casos en deportistas recreativos.
Respecto al tipo de deporte, el citado estudio pone de manifiesto que el ciclismo y la carrera a pie a partir de los 39 años tienen mayor riesgo, mientras que los que practican gimnasia y natación tienen menor peligro.
Por otro lado, los menores de 35 años que practican fútbol tienen más riesgo que con otros deportes a esa misma edad.