Las próximas Elecciones Municipales y Regionales 2022 se producen en medio de una crisis política que no se había visto en los últimos 20 años. Esto ha motivado la creación de nuevos partidos, movimientos políticos y cambios en la legislación para elegir a nuestras autoridades, como los comicios internos. Esta es, por ejemplo, la primera contienda electoral de este tipo en la que se aplica el principio de paridad.
PerúCheck analiza, en esta nota, la presencia de mujeres en la política regional y cómo se está empleando la paridad en las próximas elecciones del 2 de octubre. Lo primero a destacar en cuanto a la participación de féminas es que, de 208 candidatos a gobernador regional, solo 62 son de sexo femenino. En tanto, cinco regiones no tienen a ninguna postulando para gobernadora.
Según la plataforma web Voto Informado del Jurado Nacional de Elecciones, la región Apurímac tiene —hasta el momento— cuatro postulantes al cargo de gobernador y todos son hombres. Lo mismo sucede con Ica, con cinco candidatos a gobernadores y todos varones.
Lambayeque tiene cuatro partidos políticos y un movimiento regional postulando para ocupar el cargo de gobernador en esta región: Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Partido Democrático Somos Perú, Frente de la Esperanza 2021 y el Movimiento Regional Construyendo, todos los candidatos son hombres.
La región Arequipa, una de las que tiene más candidatos, registra 14 postulantes a gobernador regional, los cuales son 8 hombres y 6 mujeres. Lo mismo pasa con Loreto, con 10 candidaturas masculinas; y con Pasco, donde las siete postulaciones a la gobernación son varones.
Junín tiene 1 mujer candidata a ocupar la gobernación, frente a seis candidatos hombres. Lo mismo pasa con Puno y San Martín. Sin embargo, existen tres regiones en el país en la que hay más féminas postulando al cargo de gobernador que varones: Apurímac, con tres mujeres y dos hombres; Ucayali, con seis féminas y cinco varones; y, por último, Tumbes, con siete postulantes femeninas y cinco masculinos.
Hasta el 2019, las mujeres ocupaban las últimas posiciones en las listas electorales, porque solo eran consideradas para cumplir la cuota de género del 30%, introducida en el Perú en octubre de 1997. Además del aumento de esta al 50%, la alternancia incrementó las posibilidades de que las féminas sean elegidas, “sobre todo en aquellas situaciones en las que el elector no puede cambiar el orden de los candidatos”, explicó la exministra de Justicia Ana Neyra.
“El problema es que muchas organizaciones políticas nacionales no han presentado candidaturas a todas las gobernaciones, porque los partidos no están obligados a participar en un número determinado de circunscripciones; eso ha hecho que la cantidad de aspirantes mujeres a gobernadoras disminuya. Por diferentes factores, no vemos el número de candidatas mujeres que hubiéramos esperado bajo un esquema de paridad y alternancia”, manifestó la abogada y profesora de las universidades Católica del Perú y UPC.
De acuerdo con Neyra, también hay que tener en cuenta que los partidos escogen dónde colocar a sus candidatos a gobernadores. A causa de ello, puede darse el caso de que, coincidentemente, todos estos que van a postular en una determinada jurisdicción han optado por sus postulantes varones. De esta forma, podemos tener regiones como Loreto, donde solo hay hombres aspirando al sillón regional.
Por otro lado, los movimientos regionales no son afectados por la paridad horizontal, solo la vertical. Esto significa que, si estos eligen a un varón como postulante a gobernador, debe ser una mujer la que ocupe el puesto para vicegobernadora, y viceversa. Para el especialista en temas electorales, José Tello, el proceso de elecciones internas en estas organizaciones políticas refleja que ha terminado ganando la fórmula “candidato a gobernador y candidata a vicegobernadora”, antes que la inversa.
“Ese es el efecto de la paridad vertical en las organizaciones políticas como los movimientos regionales; en total son 156 a nivel nacional. Los partidos políticos solamente son algo de 12, porque los demás no lograron la inscripción. Es importante tener eso en consideración y medir los efectos de la paridad. Tenemos, entonces, regiones donde hay más candidatos varones, debido a la verticalidad de los movimientos regionales, que deciden tener como cabezas de lista a hombres”, señaló el docente de la Universidad de Lima.
Tello aclaró que la paridad vertical no alcanza a los postulantes a la alcaldía ni a tenientes alcaldes. “El candidato a teniente alcalde no tiene que ser sí o sí hombre, si el postulante a la alcaldía es mujer; tampoco tiene que ser mujer, si es que el aspirante es hombre. No es una obligación. El partido o movimiento puede tener un candidato a la alcaldía hombre y un futuro teniente alcalde también hombre. El que sigue al teniente alcalde (el primer regidor) es a quien sí se le aplica el principio de paridad y alternancia”, sostuvo.
La paridad tiene como propósito que la mitad de las listas electorales estén conformadas por mujeres y, la otra mitad, por hombres; mientras que la alternancia ubica a candidatos de ambos sexos de manera intercalada. Esta medida política logró mejorar la posición de las postulantes femeninas dentro de las fórmulas de sus organizaciones políticas. Sin embargo, ambos especialistas coinciden en la necesidad de fortalecer las normas e implementar iniciativas, como el sistema de cuidado, para mejorar las condiciones de vida de las féminas y estas puedan participar de manera activa en la política.
Explicador elaborado por Paola Mendieta para la alianza PerúCheck