La congresista Silvia Monteza presentó al Congreso un proyecto de ley para que los congresistas puedan renunciar, con el voto de la mayoría absoluta del Pleno. Se trata de una iniciativa de reforma constitucional para modificar el artículo 95 de la Constitución y se encuentra en la Comisión de Constitución.
Percy Medina, de Idea Internacional, explicó que este artículo se arrastra desde hace mucho tiempo en la Constitución como una manera de protección para los congresistas frente a los partidos políticos que podían obligarlos a renunciar para colocar al accesitario. Dijo que ahora “ya no tiene ningún sentido”, en la medida que las organizaciones políticas no cuentan con la fuerza de antes.
“Se ha convertido en una norma esclavista porque supone que el parlamentario no puede decidir si quiere o no continuar con esta labor que finalmente es un empleo”, subrayó.
PUEDES VER: Eligen a congresista acusada de recortar sueldos como presidenta de Comisión de Cambio Climático
Iván Lanegra, de Transparencia, consideró que se trata de una reforma constitucional “razonable”.
“Un congresista podría tener razones para presentar su renuncia al cargo. Está bien que necesite ser aprobada por la mayoría absoluta del Congreso, que debería considerar si hay razones atendibles para la renuncia”, señaló.
La analista política Kathy Zegarra consideró importante la posibilidad de renuncia parlamentaria porque las circunstancias personales y profesionales en la vida de las personas cambian.
PUEDES VER: Patricia Chirinos se asesora con el excanciller de Pedro Castillo y un exconsejero de Ollanta Humala
Sin embargo, alertó que si se abre esta posibilidad, los líderes de los partidos pueden alentar la renuncia de los congresistas para tener el control sobre ellos. Esto, en razón de los legisladores que se pasan a otras bancadas o forman nuevas.
Indicó que se generaría más rápido el mecanismo de la puerta giratoria, cuando el parlamentario elegido —al cumplir determinados objetivos privados— vuelve a una empresa o a una industria que ha favorecido a partir de leyes.
La politóloga Lucía Santos dijo llamarle la atención que se presenten este tipo de proyectos en el actual contexto, al comentar que —de concretarse— daría pie a que aquellos parlamentarios que abogan por el adelanto de elecciones podrían ser presionados u hostilizados para renunciar.
PUEDES VER: Guillermo Bermejo: “Podrán decir lo que quieran, yo jamás he recibido ninguna coima de nadie”
Agregó que debería haber una reforma constitucional que no solo se aboque al tema de la renuncia, sino también que permita implementar el control ciudadano como la revocatoria de congresistas.
Para la cientista política y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú Marylía Cruz, la eventualidad de que un congresista pueda renunciar a su cargo ocasionaría mayor inestabilidad en el Parlamento. “Que ahora se traiga a colación el tema de que un congresista pueda renunciar puede generar más inestabilidad en el Parlamento. En la práctica, ya sufre de relativa inestabilidad por el transfuguismo que existe y la formación de nuevas bancadas”, anotó.
Manifestó que atentaría contra el ejercicio electoral ciudadano, cuando este ejerce su voto por determinada persona que postula a un cargo público.
PUEDES VER: Acción Popular: bancada y disidentes se solidarizan tras intento de secuestro a hijo de Wilson Soto
“La idea es que cuando un ciudadano ejerce su voto lo hace por un tiempo esperado. Entonces, que por diversas razones este periodo se reduzca atenta contra el ejercicio del ciudadano al ejercer su voto”, dijo.
Para la tercera vicepresidenta del Congreso, Rosselli Amuruz, se trata de un buena iniciativa. “Yo la apoyaría, hay muchos congresistas que podrían renunciar al cargo, como Digna Calle, quien hace rato debió hacerlo”, declaró.
El congresista Jorge Montoya (RP) se mostró en contra del proyecto y dijo que se trata de una medida populista.
PUEDES VER: Carlos Anderson: "Este Gobierno no va a durar hasta el 2026, porque la situación es intolerable"
Edgard Reymundo (JPP-CD) opinó que el cargo de congresista es irrenunciable, aunque está abierto al debate.