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Política

Congreso: parlamentarios abusan de la virtualidad en días de pleno cobrando más de S/25.000

Entre los legisladores que suelen faltar físicamente en las sesiones plenarias están Noelia Herrera Medina (Renovación Popular), María Córdova Lobatón (Avanza País) y el no agrupado Héctor Acuña.

Congresistas perciben más de S/25.000 mensuales por sus remuneraciones y otros conceptos. Foto: Congreso

A pesar de que un congresista de la República puede cobrar más de S/25.000 mensuales por su sueldo, bonos y otros beneficios que incrementan su ya ostentosa canasta familiar, algunos de los llamados “padres de la patria” vienen abusando de la virtualidad —sistema de trabajo que nos dejó la pandemia de COVID-19— para seguir percibiendo sus haberes con normalidad y, a la vez, no asistir a los días de pleno, fechas centrales en las que se debate en el hemiciclo la aprobación de leyes, interpelaciones y censuras a altos funcionarios de Estado.

En los últimos meses se ha vuelto común ver la imagen de un hemiciclo semivacío mientras se debate un proyecto de ley importante o se censura a un ministro de Estado. De acuerdo a un informe publicado por "Cuarto poder", en el Congreso se viene abusando de la virtualidad pese a que esta fue eliminada en el pleno. Solo aquellos que tengan una justificación por motivos de salud pueden apelar a participar a través de un aparato tecnológico, pero aun así la alta inasistencia física es común en el Legislativo.

Un caso es el de la congresista Noelia Herrera Medina, de Renovación Popular, por el Callao. Su presencia es poco usual en los días de pleno, ya que solo asistió a cuatro desde que inició el año 2023. “Yo sigo trabajando. En enero yo estuve con descanso médico. Desde diciembre hasta el 8 de enero yo he estado con descanso médico, así que eso está justificado”, explica la legisladora, aunque no detalla por qué desde esa fecha ha optado por priorizar la virtualidad. Suele escudarse en las licencias por enfermedad.

En enero no asistió a ninguno de los seis plenos; si marca asistencia, lo hace de forma remota. Lo mismo ocurrió en febrero. Noelia Herrera participó a distancia en cinco de los seis plenos del mes y en marzo solo acudió a tres de las seis sesiones plenarias. Asegura que a veces lo hace porque viaja para realizar su trabajo de representación en el Callao.

Otros amigos de la virtualidad en los días de pleno

Otro caso es el de María Córdova Lobatón, de Avanza País, quien se ausentaría para viajar a Lambayeque para ver temas familiares. A pesar de ser compañera de escaño de Norma Yarrow, pocas veces es captada por la cámara del Congreso. “Yo tuve permiso, hablé con el general (José Williams) por una enfermedad de mi mamá, que estaba delicada, estaba internada. Entonces, le pedí permiso para llevar el pleno virtualmente”, indica.

Finalmente, el legislador no agrupado Héctor Acuña también es un asiduo elector de la virtualidad. Inició el año faltando a la primera sesión plenaria. Es común que elija esa modalidad los días de pleno. Asegura que se conecta desde su despacho parlamentario. “Acá hay proyectos, ¿para escuchar lo mismo? Prefiero dedicar mi tiempo en cosas más útiles, ¿no? Usted no viene porque prácticamente es tirar el tiempo a la basura. Hay momentos estériles, hay momentos inútiles”, se justifica.