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Política

Farid Kahhat: “En el Gobierno israelí hay una vocación de escarmentar a la población civil”

El Internacionalista Farid Kahhat analiza la guerra entre Israel y Hamás, la cual ha dejado —hasta la fecha— 2 peruanos fallecidos.

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Farid Kahhat advierte una atmósfera de polarización política en torno al conflicto entre Israel y Palestina. Foto: John Reyes / La República

La guerra entre Israel y Hamás es analizada en la siguiente entrevista por el docente e internacionalista Farid Kahhat. Señala que los crímenes de esta última organización no tienen ninguna justificación. Al mismo tiempo, advierte sobre la intención del Gobierno de Netanyahu de querer castigar a los civiles palestinos.

—¿Qué posibilidad hay de que las cosas se calmen?

—El problema es qué pasará en el interín. Eventualmente, las guerras terminan, pero en el Gobierno israelí —y no lo ocultan— hay una vocación de escarmentar a la población civil. El ministro de Defensa (Yoav Gallant) lo ha dicho explícitamente.

—Anunció un bloqueo total.

—Sí. Dijo: “Estamos imponiendo un sitio total a Gaza, no habrá electricidad ni comida ni agua ni combustible, estamos combatiendo contra animales y estamos actuando en consecuencia”.  Y no hace distinción entre Hamás y dos millones doscientos mil civiles. Precisamente, lo que hizo Hamás es un crimen inenarrable porque tuvo como víctimas fundamentales a civiles. Pero cuando Israel plantea algo similar no parece haber consecuencias. Hay precedentes, además. Un exministro de Defensa, Avigdor Lieberman, cuando le preguntaron por los civiles a los que Israel mataba en la llamada Marcha del Retorno, el 2018, respondió que en Gaza no había inocentes. Netanyahu dijo: “Gaza, esa ciudad del mal, la vamos a convertir en ruinas”, como si no lo hubiese hecho ya.

—Está en ruinas.

—Hamás se merece lo que le pase, pero son dos millones doscientos mil personas martirizadas por 18 años de cerco militar israelí, que incluso impide salir para recibir atención médica.

—¿Cuál es el estatus de Hamás en la franja? Fue electa por los palestinos.

—En el 2006. Hamás crece porque Arafat no consigue nada. No solo no consigue un Estado palestino, tampoco que Israel detenga los asentamientos que son ilegales bajo la resolución de las Naciones Unidas.  En ese contexto, Hamás gana, con mayoría relativa. Pero no ha habido elecciones desde el 2006. Para efectos prácticos, Hamás es hoy en día una dictadura en Gaza que, a su vez, está cercada por Israel.

—Se afirma que la inteligencia israelí es una de las más avanzadas. ¿Cómo se equivocaron tanto esta vez?

—Hay cosas que la gente ya casi no recuerda. Hay reportajes de Wall Street Journal (2009) y New York Times (1981) que muestran que, así como Estados Unidos alimentó el monstruo al que luego combatió en Afganistán, Israel fomentó a grupos islamistas para que confrontaran a grupos seculares palestinos. La gente de inteligencia no siempre es buena para el análisis político. Sobre lo que ocurrió, es casi incomprensible. No creo en teorías conspirativas, pero da para pensar...

Por eso preguntaba.

—Ya se ha confirmado que Egipto advirtió a Israel que podía realizarse una acción. ¿Qué otras cosas fallaron? Según parece, Hamás —y por eso tengo dudas de que Irán haya estado involucrado en el planeamiento— dejó de utilizar medios electrónicos para comunicarse dentro de Gaza, que era el medio privilegiado de interceptación por parte de la inteligencia israelí. Tercero, Netanyahu debilitó a sus propios servicios de seguridad al dividir a su país con un proyecto que intentaba eliminar a la independencia de la Corte Suprema y muchos reservistas se negaron a servir en el Ejército en tanto continuara ese proyecto en marcha.

—¿Cuál es el papel que ha desempeñado Netanyahu para esta situación?

—Nada justifica los crímenes de Hamás. No solo eso, le hace un grave daño a la causa palestina. Pero sí había una atmósfera de polarización política. Quisiera leer lo que dice el ex primer ministro de Israel Yair Lapid sobre el actual ministro israelí de Seguridad Interior, Ben Gvir: “Muéstrenme un Estado en el mundo en el que el responsable de la policía es un criminal violento con 53 acusaciones y 8 condenas”. Ben Gvir es alguien que tenía en sus oficinas, hasta que entró en política, la foto de Baruch Goldstein, perpetrador del mayor ataque suicida en número de víctimas: mató a 29 palestinos en una mezquita. Este es un Gobierno que, además, dijo que no solo no aceptaba, en ninguna circunstancia, un Estado palestino, sino que iba a anexar los territorios ocupados. ¿En qué cabeza eso no es colonialismo? No sabría responder.

—¿Los dos Estados siguen siendo la salida?

—La salida que genera consenso internacional, sí.

—Pero se dejó de buscar de manera efectiva.

—Ese es el tema. Si Corea del Norte viola resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, se aprueban condenas y sanciones. Cuando Iraq lo hizo, se aprobó el uso de la fuerza en su contra. Cuando no se puede aprobar el uso de la fuerza contra un país que viola el derecho internacional, como Rusia, cuando menos el Grupo de los Siete y la OTAN aplican sanciones propias. Cuando Israel viola ese tipo de normas, no se aplica sanción alguna. Israel ha violado exactamente las mismas normas que ha violado Putin: es inadmisible la adquisición de territorio por medio de la guerra. Y por eso ha desaparecido para efectos prácticos (la búsqueda de los dos Estados) porque Israel sigue colonizando el territorio en donde debería crearse un territorio palestino. Ya no hay forma de que tenga continuidad territorial sin que Israel evacúe asentamientos. Y no tiene intención de hacerlo. Por eso, algunos plantean que la única solución viable va a ser un Estado binacional. Eso parece imposible ahora, pero, honestamente, no parece más probable la solución de dos Estados.

—¿Un Estado israelí-palestino?

—Sí, aunque no tiene perspectivas en ningún futuro previsible y lo que ha hecho Hamás lo hace todavía menos probable. Diría una cosa más: lamentablemente esta no es la primera vez en donde acciones terroristas hacen daño masivo en población civil en Oriente Medio. Es la primera vez en Israel, pero algo muy similar a esto ocurrió en 1982 en Sabra y Shatila, dos campamentos de refugiados palestinos, donde terroristas libaneses con complicidad explícita del Estado de Israel masacraron a más de 1.000 palestinos. Ya en el 2014 murieron más de 1.400 palestinos durante la incursión israelí en Gaza. No es la primera vez, entonces, que ocurren muertes masivas de civiles. Sí es la primera vez que pasa en Israel, lo que es grave porque es la parte más poderosa. Los palestinos, en tanto, parte débil, dependen de cambios en la opinión pública en la sociedad israelí para modificar el estatus de la región…

—Y esto lo complica todo.

—Claramente, eso ha desaparecido con lo que ha hecho Hamás.

—Israel dice que esto ha sido su 11-09.

—Hay un problema con ese símil. Una primera cuestión es que Al Qaeda decía que atacó Estados Unidos porque ocupaba Arabia Saudita, sede de la Meca y Medina, los dos lugares más sagrados del islam. Pero Estados Unidos estaba ahí con el consentimiento del Gobierno internacionalmente reconocido de Arabia Saudita. No había ocupación. Israel sí ocupa territorio palestino y provoca —como he mencionado— muchas más muertes entre civiles palestinos que las que provoca un grupo demencial y criminal como Hamás. Y segundo, el 11-09 fue el detonante de una respuesta estadounidense que empeoró el problema. Las muertes por terrorismo crecieron. Luego, Estados Unidos invadió Iraq, contraviniendo el derecho internacional, con argumentos que resultaron ser falsos…

—Lo de las armas de destrucción masiva.

—Correcto, y el Estado Islámico surgió en Iraq, luego de esa invasión. El país que sí se invadió con anuencia del Consejo de Seguridad de la ONU fue Afganistán, pero 21 años después se retiraron con la cola entre las piernas y el talibán volvió. Entiendo que esto inflama pasiones legítimamente, que Hamás merece un castigo severo por lo que ha hecho, pero el tema es que esto es usado como pretexto por políticos oportunistas y extremistas como Netanyahu para su propia agenda más allá de la seguridad de los ciudadanos de Israel.

—¿Netanyahu permanecerá en el poder?

—Es difícil saberlo. Declarar la defunción política de Netanyahu sería como hacer lo mismo con Alan García en el Perú. Si él pudo volver después de su primer Gobierno, nada es imposible. Lo que sí diría es que esto lo afecta gravemente. Su imagen ya estaba bastante deteriorada porque no es solo que intente neutralizar la independencia del Poder Judicial, sino que lo hace teniendo vela en el entierro, porque está siendo procesado bajo cargos de corrupción. Pero corrupto o no, halcón o no, al menos se suponía que era un halcón en temas de seguridad, que de eso sí sabía, y ahora resulta que tampoco es bueno en eso.

—¿Y qué le queda ahora al pueblo palestino?

—Lo fundamental es decir que Hamás no es Gaza. Hay dos millones doscientas mil personas martirizadas. Una persona de 18 años que nació en Gaza nació en una prisión, no ha conocido otra cosa, nunca ha podido salir, ha sobrevivido a cuatro guerras y va por la quinta. Lo inmediato es eso, porque cuando escuchas a líderes israelíes, hay una voluntad de venganza que no se limita a Hamás, y lo dicen claramente.