Jorge Loayza. La pregunta que se hacía la prensa en Santiago y Lima la noche del pasado jueves era: ¿por qué demoraban tanto las negociaciones? ¿Qué sucedió? La extensión de la reunión es reflejo en parte de la complejidad de las negociaciones, lo que se puede ver sobre todo en las cuestiones técnicas. Hicimos en primer lugar un trabajo muy exhaustivo y una lectura muy detenida del fallo para entender qué era exactamente lo que debíamos hacer para ejecutar el fallo, y conforme al mandato de nuestros presidentes de hacerlo sin dilación. Más allá de las largas horas, cumplimos con el objetivo. Vamos a terminar de ejecutar el fallo en menos de dos meses y eso es algo notable. La negociación fue intensa, pero sobre todo fructífera y obtuvimos un excelente resultado. ¿Qué condiciones puso Chile que extendió tanto la reunión? Ninguna. Ambos países fuimos sin condicionamientos. Con el canciller Moreno ya nos habíamos puesto de acuerdo en algunos temas que íbamos a tratar y otros que no. ¿Hubo presión para comprometernos a firmar la Convemar? No hubo ninguna presión. Eso fue conversado incluso antes con el canciller Moreno. Ningún Estado puede decirle a otro que adhiera o no a un tratado internacional. Nuestra legislación es compatible con el moderno Derecho del Mar. El canciller Moreno declaró ayer que el fallo obliga a que nuestra normativa tiene que ser consistente con lo que señala la Convemar. ¿Habrá cambios internos en nuestra legislación? Quisiera dejar en claro esto. El fallo de la Corte no obliga a tener que acceder a la condición de la Convemar, dado que ello supone una decisión soberana que solamente puede adoptar libremente el Estado peruano. Simplemente deja constancia en el párrafo 178 que, con ocasión de la fase oral, el Agente del Perú hizo una declaración en nombre de nuestro gobierno en el sentido que el dominio marítimo de 200 millas contemplado en la Constitución es aplicado de manera consistente con las zonas establecidas en la Convemar. Ese es un compromiso formal del Perú, que deja plenamente a salvo los derechos exclusivos de nuestro país sobre los recursos vivos y no vivos en la columna de agua, y en el lecho y subsuelo marino hasta las 200 millas. Lo que se viene haciendo es trabajar en diferentes proyectos normativos. ¿Aceptó Chile fácilmente nuestro pedido para que a partir de hoy se ingrese al triángulo marítimo interno? Es potestad del Perú ejercer nuestros derechos soberanos sobre los espacios marítimos que fueron reconocidos por la Corte. Lo que sí hemos hecho siempre con el canciller Moreno es coordinar permanentemente e informar los pasos que íbamos dando. ¿Es el 25 de marzo la fecha más adecuada para fijar las coordenadas o pudo ser antes? Hay razones científicas y técnicas que hicieron que los expertos lleguen a esta fecha, incluso una particular relacionada con el ciclo lunar. ¿Qué compromiso ha encontrado en el futuro canciller Muñoz para seguir los acuerdos? Él no estuvo en esta reunión, pero tuvimos ocasión de conversar en La Habana. Desde ya él sería quien asista al 2+2 hacia fines de marzo; creo que más allá de las personas hay compromisos de Estado. ¿Culminará el tema del triángulo terrestre en el despacho del presidente de Estados Unidos? Es un tema que no se trató y que no forma parte de un proceso que está dirigido a ejecutar el fallo conforme al cronograma que nos hemos fijado. Para nosotros es claro que en el Tratado de 1929 y los trabajos de la Comisión Mixta de 1929-1930 se definieron los límites entre el Perú y Chile con el Punto Concordia como punto final de la frontera terrestre. El premier Villanueva ha vuelto a hablar de cambios ministeriales. Entiendo que su voluntad como canciller es que sea su gestión la que culmine con la delimitación marítima. Los ministros estamos en los cargos en tanto el presidente considere que podemos aportar. Yo he señalado que he sido la canciller que recibió el fallo y espero culminar con la ejecución del mismo.