Marcial Rubio: “El señor cardenal Cipriani no es el centro del mundo”, Ana Núñez/ En palabras de su rector, la universidad Católica vive hace más de dos meses "un silencio sísmico". Mientras tanto, Marcial Rubio sigue con el encargo de buscar una solución al conflicto con la Iglesia, pero de forma integral y dentro de una autonomía universitaria. Hace más de dos meses se rompió el diálogo con la Iglesia y, según algunos medios, sería inminente el retiro de los títulos de Pontificia y Católica a la universidad por el Vaticano. ¿Qué hay de cierto en eso? Lo que ha habido desde que se terminó el diálogo es solo una campaña mediática... No he recibido ninguna indicación directa ni indirecta de que vaya a haber un retiro del título de pontificia o del carácter católico de la universidad. Lo que podría hacer el Vaticano, en realidad, es retirar el título de pontificia que se nos otorgó en 1941 a través de un documento jurídico. La condición de "católica" no la da el Vaticano. ¿Hay forma de que la universidad pierda el nombre "Católica"? Según el Código de Derecho Canónico, nadie puede usar el nombre "Católica" si no es autorizado por el obispo del lugar. Entonces, es muy probable que si nos quitan el título de pontificia, el arzobispo de Lima (Juan Luis Cipriani) nos pida que no usemos el nombre de Católica. ¿Y la universidad podría "sobrevivir" a esta situación? El título de pontificia es un honor y el Vaticano podría retirarlo, pero en términos prácticos, en el funcionamiento diario de la universidad, tener el título de pontificia o no tenerlo no afecta nada. Ahora, el nombre de Pontificia Universidad Católica es nuestro nombre y está registrado en Indecopi, así que ya veremos qué pasa... Desde el Arzobispado se ha señalado que de desvincularse la universidad de la Iglesia no mantendría los valores que se imparten actualmente en ella... Los valores académicos, morales y éticos que se imparten en la universidad son los que la comunidad universitaria considera que se deben aplicar y en los que, por supuesto, creemos. En eso, los nombres y la vinculación con la Iglesia son independientes. ¿Tuvo respuesta la carta que envió al secretariode Estado del Vaticano pidiendo un nuevo interlocutor en reemplazo del cardenal Cipriani? No, no tuvo respuesta. Pero, en realidad, a la hora de tomar decisiones, el centro del mundo no es el señor cardenal Cipriani. Para estos efectos, el centro del mundo es la universidad Católica y su compromiso de formación. Lo que hicimos fue decirle al cardenal Bertone, en una decisión colectiva –porque estas no son decisiones individuales del rector–, que en vista de que el señor cardenal decía expresamente que primero quiere arreglar el tema del estatuto y después el asunto de los juicios de la herencia, pedimos un interlocutor que arregle todo porque queremos una solución integral. Con ese objetivo, usted preparó una propuesta de negociación, pero hubo algunos puntos que tuvieron oposición, como el que en la comisión que vería la administración de los bienes haya una mayoría de la Iglesia... A mí, como rector, la Asamblea me pidió conversar con las autoridades de la Iglesia para, dentro de la autonomía universitaria, buscar una fórmula que permita acortar las cosas. Entonces, llegamos a esa fórmula en cuanto a la reforma del Estatuto, que es una fórmula intermedia, como en toda negociación. Yo sin embargo dejé muy en claro que yo no aprobaba nada, que la Asamblea tenía que aprobar todo. Claro, en la Asamblea somos 79 personas y sería un milagro que todos pensáramos igual, pero creo que el número de profesores que estuvo en desacuerdo con esto era reducido. Y es en ese momento que Cipriani patea el tablero... Nosotros como universidad siempre dijimos que se tenía que arreglar toda la discusión con la Iglesia, y eso está expreso en muchos documentos. En una carta que nos envía el cardenal Bertone, incluso, él decía que el tema de la herencia era un tema importante para resolver. ¡Nadie puede pensar que se puede postergar un tema sobre el cual hay siete juicios y cinco años de pleito que el Perú ha visto en los periódicos! Y que, al parecer, era el mayor interés del cardenal... Indudablemente, es el mayor interés del cardenal desde que eso ha frustrado todo. Mi conclusión a partir de los hechos es que el Arzobispado trata de tener un control de los bienes. Todo esto rompió la negociación porque no estamos dispuestos a arreglar la mitad del problema. Se arregla todo el problema o no se arregla. ¿Qué pasará ahora? Nosotros somos una universidad católica y pontificia y seguimos funcionando como una universidad católica y pontificia. La Asamblea ha acordado que en lo posible se converse con las autoridades de la Iglesia para que la universidad siga siendo católica y pontificia. Pero eso no depende de nosotros, que por ahora nos encontramos en un silencio sísmico... Y respecto de los bienes que son parte de la herencia de Riva Agüero hay procesos judiciales que tendrán que llegar a su fin... El tema de la herencia está en el Poder Judicial y habrá un fallo de la justicia nacional en algún momento. Ese fallo se cumplirá en el Perú de acuerdo con la ley peruana. Ahí el Vaticano no tiene injerencia. El cardenal dice que en el testamento se le encarga vigilar los bienes de la Católica. Eso es absolutamente falso. Al arzobispo de Lima no se le encarga nada, solo se le encarga nombrar a una persona en una junta. La versión de los testamentos del cardenal es una interpretación de él, y en extremo.