El suboficial PNP César Vilca Vega había sido despojado de su uniforme y su cabeza y sus manos mostraban signos de haber sido torturado por los terroristas.Muerto en acción., Doris Aguirre. Kiteni, enviada especial. El suboficial César Vilca Vega murió en acción. Ayer por la tarde, su padre, Dionisio Vilca, acompañado por guías nativos machiguengas, ubicó su cuerpo por la zona de Alto Laguna, en el área donde su colega, el suboficial Luis Astuquillca Vásquez, lo dejó malherido para salir en busca de ayuda. Vilca había sido despojado de su uniforme y continuaba con el torniquete que le aplicó su compañero Astuquillca en la pierna izquierda donde recibió un balazo. El hallazgo lo comunicó Dionisio Vilca al jefe de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes), general PNP Salvador Iglesias Paz, quien lo recibió en la comisaría de Kiteni, a las siete de la noche. "General, he hallado a mi hijo. ¡Está muerto! ¡Está destrozado!", le dijo al general y rompió en llanto. Había partido a las tres de la mañana de ayer. Alrededor de las dos de la tarde finalmente llegó hasta el lugar donde permanecía el cadáver del suboficial. El 29 de abril, con la aparición con vida de Luis Astuquillca, compañero de promoción de su hijo, Dionisio Vilca había abrigado la esperanza de hallarlo herido pero vivo. El último fin de semana, Dionisio Vilca viajó hasta Kiteni, el centro de operaciones de las fuerzas del orden, para sumarse a los esfuerzos de ubicación de su hijo. El primero de mayo salió en compañía de varios periodistas, pero retornó sin conseguir su objetivo. Ayer miércoles, muy temprano, Dionisio Vilca le pidió al general Salvador Iglesias que ningún efectivo lo resguardara o siguiera y que tampoco ninguna aeronave sobrevolara la zona para no llamar la atención de los terroristas. Hizo el mismo pedido a las autoridades militares. Según fuentes relacionadas con Dionisio Vilca, esas fueron las condiciones que unos "informantes" le impusieron a cambio de indicarle el lugar exacto donde yacía su hijo. HUELLAS DE TORTURA Esta vez partió flanqueado únicamente por dos nativos machiguengas que oficiaron de guías. De acuerdo con fuentes de la policía en esta localidad, el cadáver del policía presenta golpes contundentes en el cráneo y en las manos. No se descarta que pudo haber sido encontrado por los terroristas y lo torturaran, para luego rematarlo. Debe recordarse que su compañero Luis Astuquillca afirmó que lo dejó muy malherido, pero con vida. Los dos fueron parte de la patrulla de la Dinoes el 12 de abril que se internó en busca de los 36 trabajadores secuestrados por Sendero Luminoso, y que al ser liberados estos, recibió la misión de destruir el helicóptero inutilizado a balazos por los terroristasque asesinaron al copiloto, la capitana PNP Nancy Flores Páucar. Hay numerosas evidencias que demuestran que los terroristas al mando de Quispe Palomino han adoptado como ritual el repaso de los heridos de las fuerzas de seguridad. A veces encargan a los menores de edad o "pioneros" que cumplan con dicha execrable tarea, con la finalidad de que vayan ganando "experiencia" militar. Dionisio Vilca reconoció a su hijo por los "brackets" que se había colocado recientemente. Además halló una dentadura postiza, que luego entregaría al general Salvador Iglesias para el peritaje correspondiente. Al confirmar que se trataba de su hijo César Vilca Vega, Dionisio se sumergió en una profunda pena. Una vez que halló los restos de César Vilca, su padre alquiló un vehículo para trasladar el cuerpo hasta el centro de salud de Kiteni. El trayecto ha sido la experiencia más horrorosa que ha experimentado en su vida Dionisio Vilca. En el fondo de su corazón no esperaba protagonizar un viaje tan desolador. Enterada del hallazgo, la alcaldesa de La Convención, Fedia Castro, en cuya jurisdicción se encuentra la zona de operaciones contrasubversivas, envió una capilla ardiente y un ataúd para que el cuerpo de César Vilca Vega sea velado en el local de la comisaría de Kiteni. Hoy su cuerpo será trasladado a la capital. CONSTRUYEN BASE EN KITENI Tropas del Batallón de Comandos 314º del Ejército, al mando del comandante EP César Briolo Scamarone, se instalarán permanentemente en Kiteni con el objetivo de establecer una base contrasubversiva en la zona. Efectivos de un destacamento de Fuerzas Especiales, al mando del coronel EP José Qwistgaard Suárez, actualmente en Kiteni, se sumarían a la nueva base. Hace unos días tres patrullas provenientes del Batallón de Comandos 116º retornaron a su base original de Pichari, sede de la Región Miltar del Vrae (RMV). Se espera la llegada de nuevos efectivos para reforzar la nueva base de Kiteni.