Desde la última conferencia de prensa del pasado 8 de julio en Palacio de Gobierno, la presidenta Dina Boluarte ha mantenido un silencio directo con la prensa. Con más de un 90% de desaprobación por parte de la ciudadanía, según encuestas, y con una crisis de inseguridad ciudadana que afronta el país, la jefa de Estado cumple 100 días escudándose de las críticas a través de sus discursos en diferentes actividades oficiales, a las que solo asisten medios estatales. Críticas a las cuales hasta ha calificado como "terrorismo de imagen".
Para el politólogo y profesor de la UARM, Alonso Cárdenas, el hermetismo de la mandataria con la prensa se traduciría a que ella no está preparada para manejar un discurso clave y que se denota la ausencia profesional del equipo que la rodea. “Dina Boluarte no conoce las principales problemáticas del país y sus antecedentes en el manejo comunicacional —como fueron sus explicaciones por el caso Rolex—, demuestran una falta de preparación”, expresó Cárdenas.
Dina Boluarte se mantiene en silencio ante la prensa tras cuestionamientos en su contra.
En estas últimas 14 semanas, Boluarte Zegarra viene coleccionando más señalamientos en investigaciones que la Fiscalía ha aperturado en su contra. Uno de ellos es la investigación preliminar por la reunión de la mandataria y Patricia Benavides, donde la exfiscal de la Nación le habría solicitado a Boluarte no dar de baja al general Alfaro y por el que, el día de ayer, acudió a responder ante el Ministerio Público.
Otra de las investigaciones que la Fiscalía dispuso iniciar contra la jefa de Estado fue por el presunto delito de encubrimiento personal y omisión de actos funcionales, señalando que Dina Boluarte habría ayudado a que Vladimir Cerrón se diera la fuga a través del auto presidencial (denominado 'cofre') para evitar ser intervenido por la Policía Nacional. Cuestionamiento que obligó al vocero de Palacio de Gobierno, Fredy Hinojosa, rechazar las acusaciones —a nombre de la mandataria— en 4 de las 6 conferencias de prensa que él realizó entre julio y octubre.
Según el politólogo, en el caso del Fredy Hinojosa, la figura del vocero presidencial no tiene un marco legal que lo sustente. “Quien debe ejercer la vocería del Estado es el primer ministro, pero el papel de Gustavo Adrianzén no ha sido el más afortunado. Ha contradicho a sus propios ministros en varias oportunidades y ha contribuido al deterioro de la imagen de la presidenta”, agregó.
Sin embargo, la mandataria parece haber encontrado un recurso que le permite dirigirse a sus detractores sin necesidad de recurrir a la prensa: sus discursos en actividades oficiales. Dina Boluarte ha tenido una respuesta para cada situación en la que su gestión ha sido criticada, justificando que su Gobierno es de "hechos y no palabras" y terminando por calificar de "terrorismo de imagen" el trabajo informativo de los medios de comunicación.
A pesar de ello, dicha estrategia no parece haber dado buenos resultados. Recientes encuestas reafirmas que la desaprobación de Boluarte en la sociedad sigue en aumento, sobre todo a la falta de acciones concretas de su gestión ante la actual crisis de seguridad ciudadana. “El no referirse a la ola de violencia que afronta el país es por una falta de principios democráticos, que exigen que sus autoridades rindan cuentas y sean transparentes. Pero esta falta de preparación solo genera este alejamiento con la prensa”, manifestó Alonso Cárdenas.
Finalmente, pese a que Dina Boluarte ha logrado cumplir 100 días sin declarar a una prensa que –según ella- crea una “guerra de mentiras” contra su gestión; para el politólogo “la prensa nacional la ha tratado mejor a comparación de la prensa internacional, quienes no han tenido piedad con la presidenta”.