El centro político en el Perú, aunque reducido y huérfano de grandes liderazgos, se sigue dividiendo más, con nuevas agrupaciones que surgen apuntando a una competencia por llegar a gobernar el país, que se prevé bastante empinada.
En la encuesta nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) de diciembre último fueron mencionados como posibles buenos candidatos a presidente los considerados centristas Martín Vizcarra (3,01%), Yonhy Lescano (1,06%), Salvador del Solar (0,69%), Francisco Sagasti (0,24%) y George Forsyth (0,23%). Con márgenes de error de 2.8 puntos encima y debajo de cada resultado, muestra orfandad también este sector.
Entre los 25 partidos registrados, se declaran de centro Acción Popular, aunque se ha acercado más a la derecha; Somos Perú, donde milita Forsyth; Partido Morado, donde están Sagasti y ahora Mesías Guevara, exdirigente acciopopulista; Perú Primero, de Vizcarra; Frente de la Esperanza, del exministro y excongresista Fernando Olivera; Partido Demócrata Verde, de Álex Gonzales, exalcalde del distrito limeño de San Juan de Lurigancho; Primero La Gente, donde está la legisladora Susel Paredes, exmorada; Partido Patriótico del Perú (PPP), de Héctor Caller, empresario y oficial retirado de la Marina; Perú Moderno, del empresario textil Wilson Aragón; y Salvemos al Perú; de Julio Gamboa Cerna, un exfuncionario de Sedapal.
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Entre los 12 partidos en proceso de inscripción, se declaran centristas el Partido Centro Unidos, donde milita Carolina Lizárraga; Partido del Buen Gobierno, de Jorge Nieto; y Fuerza Moderna, de Fiorella Molinelli.
Vizcarra, de 60 años, político e ingeniero moqueguano, está inhabilitado en el Estado, aunque fue candidato al Parlamento más votado el 2021, y enfrenta graves casos de corrupción en la Fiscalía por sus gestiones como gobernador de Moquegua y presidente del país. Pragmático, destacó como autoridad regional, llegó al Ejecutivo como vicepresidente con el derechista Pedro Pablo Kuczynski y a jefe de Estado tras la renuncia de este. En el Gobierno rompió con el fujimorismo que lo aplaudía y disolvió el Congreso el 2019 haciendo uso de la Constitución.
Ha dicho que espera que la Corte Interamericana de Derechos Humanos finalmente anule su inhabilitación, como ocurrió con Gustavo Petro, actual mandatario de Colombia.
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Lescano, político y abogado de 64 años, puneño, dejó Acción Popular, con que fue candidato presidencial el 2021 y congresista cuatro periodos, con agendas de defensa del consumidor y antifujimorista. Ha anunciado nueva organización política en ciernes. “Estoy constituyendo un partido que llamamos Verdad y Honradez, por mi lema de campaña. Estaríamos listos con los requisitos en marzo. Si me eligen, postularé a la Presidencia”, cuenta a La República.
Del Solar, cineasta y actor de 53, titulado abogado, llegó a la política como ministro de Kuczynski, volvió como premier de Vizcarra y tuvo su momento cuando enfrentó al Congreso y este acabó disuelto. Ha negado retornar al escenario político. “Participé en política como una oportunidad de servicio público que me sorprendió, y que para mí fue un honor, un privilegio y que hice con el mejor de mis esfuerzos, pero no es el terreno donde me veo, ni al que pretendo regresar”, dijo en setiembre.
Sagasti, intelectual e ingeniero de 79 años que -vuelto político a edad avanzada- llegó al Congreso y la presidencia el 2020 por sucesión constitucional, al vacarse a Vizcarra y renunciar el acciopopulista Manuel Merino, se mantiene en el debate público, pero niega candidatura. “No voy a postular a ningún cargo que ya haya ejercido. La ciudadanía me conoce, yo no prometo lo que no puedo cumplir”, dijo en RPP en setiembre.
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Forsyth, de 41 años, empresario y exfutbolista que se hizo político y ganó adeptos por su desempeño como alcalde del distrito de La Victoria y renunció a ese puesto para tentar la presidencia. Volvió a Somos Perú tras fracasar en su postulación al Ejecutivo con Victoria Nacional y candidateó al municipio capitalino también sin éxito. En su partido, aducen que no piensa en otra postulación.
Guevara, excongresista y exgobernador de Cajamarca, tiene la presidencia del país como aspiración a futuro y nuevo rumbo en el Partido Morado.
Paredes, congresista elegida con los morados y exfuncionaria de gestiones ediles de Forsyth y Susana Villarán en Lima, pasó a Primero La Gente, de Miguel del Castillo y Manuel Ato, y ha expresado su interés por tentar la presidencia del país.
En este grupo, hay conversaciones aún exploratorias con Flor Pablo, legisladora y exministra de Educación que dejó a los morados alegando que urge hacer “un centro más amplio”.
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“Hay un centro como punto medio entre extremos de izquierda y derecha, pero carece de posiciones claras, suena ambiguo y le cuesta mucho conectar. Le pasó a Guzmán. La gente necesita soluciones claras. Otro centro tiene más claridad como un centro liberal de derecha o izquierda, pero podría generar mayor conexión”, explica el politólogo José Incio, profesor de la Universidad Católica (PUCP).
Los bajos respaldos no anulan las posibilidades de ganar.
“Recuerdan a Fujimori y Castillo remontando al final y dicen: ‘también puedo’. Si fueran líderes, aglomerarían a otros para hacer una opción viable, pero arman su propio vehículo porque quieren tener la decisión. La atomización del centro es síntoma de que no les gusta hacer política, negociar, ceder”, añade.
“Muchos liderazgos se licuarán o se decepcionarán. Dudo que el cálculo de Pablo y Paredes de dejar el Partido Morado sea lo más conveniente. Sagasti tiene cierta credibilidad por lo que ha hecho, pero se le percibe indecisión sobre si postulará. Quizás una posición más clara de fomentar su partido aumentaría su credibilidad. Vizcarra sí es activo y puede capitalizar el centro pragmático, pero depende de sus procesos”, vislumbra.
La indefinición del centro busca conectarse con los indecisos, pero también deja abiertos puentes hacia otros sectores.
“El centro es medio abstruso. Implica ser moderado, pero se construye según las coyunturas. En los 70, la defensa ambiental se veía de izquierda, hoy no. El centro suele ser intermedio. Sobre matrimonio igualitario, plantea unión civil; en minería, licencia social, por ejemplo”, dice el historiador Michael Mendieta, profesor de la Universidad de San Marcos.
“En campaña, las promesas han ido hacia la izquierda por las demandas de cambio. Los partidos pueden autodefinirse de centro para llamar a un electorado indeciso, el gran perfil del peruano, pero cuando se aproxima la votación, las propuestas se acercan a la izquierda”, aduce.
“López Chau sería opción interesante de centro, pero tirado a la izquierda como se define. Forsyth es algo asociado con la diversión por su pasado de fútbol y televisión. Del Solar puede ser interesante, pero su perfil es muy clase media alta”, anota.
La necesidad de cambio da oportunidad también al centro.
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“Ubicarse en el centro no necesariamente será lo diferencial. Varios se ubican al centro porque no les interesa la política y los políticos entienden que quieren una posición intermedia. Configuran una especie de malagua, que no identifica a nadie. En ese paraguas, un gran sector está diciendo: ‘soy apolítico’ y son más centroderecha”, señala la consultora política Giovanna Peñaflor, presidenta de Imasen.
“El centro sería el cambio a la polarización, al maniqueísmo de izquierda-derecha con que no se avanza. Pero se necesita eficiencia y contenido, porque también un partido de derecha puede conseguirlo”, considera.
“Los morados tienen que reinventarse. Los movimientos nuevos como Fuerza Moderna o el de Nieto pueden aprovechar no ser conocidos. Es más difícil para quienes ya están ubicados en una polarización”, advierte.
José Incio, politólogo (PUCP)
“El centro puede tener una posición clara y postular un cambio en el sentido político. Puede haber un centro que postule una constituyente. No se entiende por qué esa idea sería solo de la izquierda”.
Michael Mendieta, historiador (UNMSM)
“Los partidos pueden autodefinirse de centro para llamar atención a un electorado indeciso, el gran perfil del peruano, pero cuando se aproxima la votación, las propuestas se acercan hacia la izquierda”.
Giovanna Peñaflor, consultora (Imasen)
“Podría encarnar una opción de centro alguien que represente la clase emergente, cierta preparación, identificación con el interior del país, un prototipo de una clase media vinculada con las provincias”.