El Congreso ha creado una comisión para investigar un presunto fraude electoral. En la siguiente entrevista, el jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto, asegura que el proceso que elevó a Pedro Castillo como presidente de la República ha sido limpio y transparente.
El Congreso creó una comisión para investigar el supuesto fraude electoral. ¿Qué piensa?
Estamos entusiasmados porque es la gran oportunidad que vamos a tener para demostrar que cada una de las denuncias que se hicieron no tienen sustento. Explicaremos qué hicimos, por qué lo hicimos y desmentiremos cada uno de los bulos que se encargaron de difundir de manera maliciosa.
¿Niega cualquier posibilidad de fraude?
No hay fraude en el Perú. No hay ninguna posibilidad.
¿Por qué?
Cada una de nuestras actividades está fiscalizada por el Jurado Nacional de Elecciones, tenemos un cuerpo de profesionales de primer nivel, nuestros sistemas son seguros, la trazabilidad del material electoral está garantizada y la jornada electoral recae en la conformación de mesas cívicas con ciudadanos que, de manera aleatoria, conducen el sufragio.
La hipótesis es que en un grupo de mesas, sobre todo en la sierra central y sur, se vulneraron los resultados para garantizar la victoria del presidente Castillo. ¿Qué responde usted?
Lo niego. Parte de esa fábula del fraude —en el Perú, el fraude es una cuestión de fe porque no existe ninguna prueba— se sustenta en el copamiento de algunas mesas, ¿no es verdad?
Es la teoría principal.
Que gente de la cola, maliciosamente, copó las mesas...
Decían que resultaba improbable que los resultados variaran de la primera a la segunda vuelta, o que la candidata Fujimori obtuviera tan pocos votos en algunas zonas.
Podemos rebatir cada uno de los argumentos. Pero quiero precisar lo siguiente: no hay copamiento. ¿Por qué? Entre otros motivos, porque por primera vez en la historia se pagaron 120 soles de incentivo, lo que generó que las mesas estuvieran conducidas por miembros titulares o suplentes en el 90,5% de los casos. Solo 9,5% de los miembros de mesa fueron voluntarios de la fila. Y en el 65% de esos casos la mesa la ganó Fuerza Popular. ¿Por qué? Porque el mayor ausentismo de miembros de mesa se sintió en Lima.
Sin embargo, a pesar de lo que usted dice, el discurso del fraude persiste en un sector. De ahí, la comisión.
Como le dije, es una oportunidad para desmentir los bulos que se construyeron en el interés de confundir a la ciudadanía en un contexto de pandemia y de polarización política. Hasta el día de hoy no han sido capaces de presentar una sola prueba del fraude.
Se arguye, también, que las firmas diferentes serían pruebas o al menos indicios.
Hay una gran ignorancia sobre nuestra patria. Los que vivimos en el Perú formal, pocos privilegiados, firmamos de manera cotidiana. Los demás casi nunca, los ciudadanos de los lugares más alejados firman cada ocho años cuando actualizan su DNI. En Lima puedo firmar de una forma a las 8 a.m. y de otra a las 10 p.m. Los miembros de mesa han trabajado de 14 a 16 horas. ¿Quieren pedirles que firmen igual al DNI? Absurdo.
¿Lo del fraude fue solo una medida desesperada para revertir resultados inminentes?
Inmediatamente después de la primera vuelta fuimos objeto de una campaña de descrédito en el interés de sectores radicales de intentar no reconocer los resultados electorales. Luego, la guerra sucia y las mentiras se potenciaron…
Decían “enseña el padrón”.
Es público. Querían la lista de electores, con las firmas…
Y las huellas digitales.
Correcto. Pero el límite de la transparencia es la protección de los datos personales, y eso fue lo que hicimos.
¿La democracia peruana estuvo bajo ataque?
Fue sometida a una presión nunca antes vista en América Latina. Se intentó dinamitar a los organismos electorales para restarle legitimidad a la autoridad democráticamente electa.
Y vulnerar resultados.
Por supuesto. Los que armaron esta campaña de bulos lo que hicieron en esencia fue intentar socavar no solo la legitimidad de una autoridad democráticamente electa, sino discriminar a los ciudadanos que pensaban diferente que ellos.
Perdió amigos, ¿no?
Esta presión me ha permitido saber quiénes son amigos.
El episodio del club Regatas fue comentado. ¿Qué pasó?
Una persona bajo efectos del alcohol me agredió verbalmente y con señas frente a mi esposa y mis dos hijos. Cuando le comenté al efectivo de seguridad que quería su nombre para dejar consignado el hecho, el agresor me golpeó en el pecho, me dio tres puntapiés y saliendo me golpeó por quinta vez. Eso está en la Fiscalía de Chorrillos. El Regatas ha entregado varios videos, pero imagino que por un error no intencional ninguno de la zona precisa del ataque.
Curioso, ¿no?
Es curioso que haya sido así. Es curioso, además, que yo haya mencionado esto en un programa (‘Cara a cara’) y justo ayer (jueves) haya recibido a las 11 de la noche la invitación para defenderme.
¿Defenderse?
Es que estoy suspendido.
¿En serio? ¿Por qué?
Citan un artículo que no tiene ninguna lógica. Espero que se pueda reconducir esa…
¿Relación?
Las personas que tomaron esa decisión no las conozco, pero ha sido un evento cuando menos desagradable.
Fueron a su casa, además.
Sí, y ustedes tuvieron la gentileza de tomar fotografías. Eran personas que iban en buses que salían del parque Roosevelt y de Miguel Dasso, de manera muy organizada, ¿no es verdad? Se aparecían con bombos, a gritar con megáfonos. El acoso fue muy fuerte. Sin embargo, hemos hecho las mejores elecciones en el peor contexto.