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Política

Eduardo Dargent: “Queremos ver un problema ideológico cuando lo que hay es una pésima selección de ministros”

Entrevista al politólogo y profesor de la PUCP, quien analiza el panorama político tras las primeras semanas del mandato de Pedro Castillo.

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Gabinete. Dargent señala que el Gobierno pudo haber seleccionado mejores opciones. Foto: La República

El politólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Eduardo Dargent, reflexiona sobre las primeras decisiones adoptadas por el gobierno de Pedro Castillo. Advierte que el régimen ha perdido tiempo valioso con designaciones cuestionadas, que lo estarían llevando a perder la frágil plataforma de apoyo que consiguió en la segunda vuelta.

Al gobierno se le ve frágil y por momentos contra las cuerdas. Desde el lado del Ejecutivo o sus cercanos se señala que esto responde a la intransigencia de la oposición que no acepta la derrota -es cierto que nunca la aceptó, de ahí las alegaciones infundadas de fraude- y que desea a toda costa tumbarse a Pedro Castillo. Esta mirada suena autoindulgente. Hay también un problema en las decisiones adoptadas por el presidente. ¿Qué piensa?

Pues sí. Me ha sorprendido porque es una narrativa que se repite mucho. Hay un diagnóstico del poder desde la izquierda -que comparto en varios puntos - en donde hay sectores empresariales más organizados, algunos más vociferantes, y que parece se han quedado en los noventas. Hay también medios de comunicación fuertes que han tenido conductas que considero van contra la democracia misma. En estos veinte años de transición no han cumplido con un deber de información y de investigación y cuando han tenido la “amenaza” de la izquierda han desbaratado sus propios principios para atacar. Ese es el diagnóstico de este mundo supuestamente controlado por la derecha. Lo que no termino de entender es cómo se pretende decir que todo lo que ocurre es por culpa de eso, sin darte cuenta, primero, de que el sistema político permitió que esa izquierda bien por fuera…

Castillo derrotó a Fujimori en la segunda vuelta presidencial del último junio. Foto: Presidencia

¿Del establishment?

Del establishment, gane. Que permitió que un montón se esos actores que ahora te critican, en su momento dijeran “oye, no me gusta tu propuesta” e igual defendieran tu elección. Que permitió que las encuestadoras que supuestamente ahora son manipuladas y son parte del gran poder mediático…

Te dieran la razón.

Sacaran reportes que te daban la razón. Había personas que no estaban del lado izquierdo si no más al centro o la centroderecha y que dijeron que…

No había fraude.

No solo que no había fraude. Que este grupúsculo que había construido una narrativa de fraude con el apoyo de unos medios poderosos que recogieron declaraciones y trajeron expertos que no eran tales, estaba metiendo la pata. Entonces, la realidad es más compleja. Estoy de acuerdo en que hay grandes poderes que se han portado mal. Sin embargo, decir que todo es ahora una gran conspiración contra el gobierno es una lectura no solo errada, es muy mala si lo que quieres es gobernar. Corresponde mirar con matices y definir cuánto de lo que está pasando es responsabilidad de decisiones mal tomadas que podían preverse. En un ambiente crispado en el que ganaste por poquitos votos…

¿Tenías que ceder?

Te dicen “quieren que el presidente se ‘ollantice’, que se entregue a la derecha”. Por Dios, Humala firmó una hoja de ruta en la segunda vuelta. Castillo nunca se corrió tanto al centro, más bien manejó muchas ambigüedades. Los técnicos que presentó casi le hacen perder la elección. No es que uno esperara en el MEF a un tecnócrata, o que renuncie a sus banderas de izquierda, o que no pusiera a políticos en el gabinete. Pero queremos ver un problema ideológico cuando lo que hay es una pésima selección de ministros, un cuoteo asambleísta entre organizaciones muy débiles.

Empezando por el premier Bellido.

Es lo principal. Luego, cuando ha llegado al cargo, ha tenido reacciones más políticas, ha buscado bajar las tensiones…

Bellido juró como presidente del Consejo de Ministros el último 29 de julio. Foto: PCM

Ha intentado deslindar de sus publicaciones originales.

A eso es lo que voy: un presidente con esa debilidad -con una oposición muy dura que hubiese puesto lo que hubiese puesto lo iba a criticar, con medios de comunicación que están claramente alineados con una teoría conspirativa- tenía que cuidar esa suerte de coalición que lo ayudó.

Y que desde el inicio ya era bien precaria, ¿no?

Correcto. Es más, el discurso de 28 de julio más allá de algunas simplificaciones o medidas cuestionables no generó un rechazo.

Ayudó a bajar la tensión, sobre todo en el tema constitucional.

Así es. Hay que decir, también, que no puede pensarse que Castillo va a pelearse con Perú Libre y va a dejar de cumplir con ciertas promesas…

No pues, se queda sin bancada y lo vacan al día siguiente.

Por supuesto. Pero lo que se escucha es que si Castillo cede en el gabinete se está corriendo hacia la derecha. No pues. Hay personas en la izquierda que pudieron haber ocupado carteras, que podrían haberle dado al gobierno sostenibilidad y garantías. Una derecha dura como la que apoyó la idea de un golpe nunca te va a querer, así hubieses puesto a Allan Wagner de premier…

Lo hubieran terruqueado a Allan Wagner, posiblemente.

Lo hubiesen terruqueado a Wagner, ¿no? Pero tenías un espacio muy grande. Y ahora esa narrativa de que nos quieren sacar o que nos quieren domesticar solo demuestra que perdiste tres semanas para construir tu propio espacio, dar un mensaje de gobernabilidad y reconocer tus propias limitaciones. Se nota que al presidente le cuesta dar entrevistas y que le queda mejor la plaza. Por eso tendrías que haber buscado a un premier que te ayude a superar eso. ¿Necesitas a Perú Libre en el Congreso? Bueno, construye sobre eso. Déjale claro a PL que van a ser socios pero que no pueden pretender que los mensajes presidenciales los dé Vladimir Cerrón. De nuevo, el diagnóstico de que no se puede ceder en estas cosas porque eso implica ceder a la derecha hace que la izquierda que participa en el gabinete quede muy mal. Dicho esto, no minimizo que hay un sector del Congreso que quisiera vacar al presidente lo más pronto que se pueda y hay un sector de la prensa que se ha portado pésimo. Me ha dado vergüenza local e internacional el tipo de cosas que se han hecho. Sin embargo, eso no es todo. Había más.

¿Considera que Castillo perdió esa coalición precaria?

Es que el momento para dar señales es al inicio. Podrías haber dicho “voy a mantener esta agenda”, con la cual se puede estar a favor o en contra, y al mismo tiempo colocar a gente competente, sin cuestionamientos, con un balance de técnicos y políticos, sin hacer clientelismo de Estado en condiciones de crisis. Es decir, plantarse. Hay una división crucial, ¿no? Están los enemigos -el almirante Montoya, parte de Fuerza Popular- y los rivales, que quizás no te quieren…

Montoya juró como congresista el último 23 de julio. Foto: difusión

Aunque te pueden tolerar.

Te puedes tomar un café de vez en cuando con ellos. Por ejemplo, con Alianza Para el Progreso y Acción Popular, que tienen una conducta en el pasado en la que han apoyado vacancias, pero con quienes podrías trabajar, negociar. Ese tipo de gestos se hace al inicio. Ahora la crispación ya se produjo y el sector duro del Congreso está actuando.

Diría que hasta se ha puesto más duro.

Sí pues. No olvidemos que tenemos políticos con los mismos defectos del anterior Congreso, que tienen agendas muy pequeñas, con intereses chiquititos, sin claridades programáticas. Acá hablamos del Parlamento como que fuera Sartori, pero tiene más del Señor de las Moscas: no sabes bien con quién puedes hablar, quién es tu aliado, qué quiere, qué busca…

Sí pues, es un mercadito.

Pequeñito, con varias cositas, y que, sin embargo, se pueden poner de acuerdo en votaciones gigantes para gastos populistas…

O vacar a un presidente.

Correcto. Por eso, el trabajo tenía que ser muy cuidadoso. El argumento de que el ataque desde la derecha causa el fin del gobierno lo creería si es que hubieses hecho un buen primer posicionamiento, una buena primera movida. Pero si haces nombramientos cuestionables y quieres decir que todo es culpa de la oposición, no me parece una evaluación adecuada.

¿Cómo puede este gobierno entenderse con la oposición?

Hay que evaluar bien cómo se compone esa oposición. No nos quedemos con el cliché de que hay bancadas ideológicas, dentro de ellas hay un montón de cosas que pueden llevar a acuerdos. El Ejecutivo debe darse cuenta de que este sistema político se parece cada vez más a un parlamentarismo. Creo, además, que se requieren gestos desde la cabeza. El presidente Castillo debe reconocer errores, darse cuenta de que hay cosas que no podrá hacer si quiere un gobierno más estable y entender que si bien puede tener coincidencias con Cerrón, sus caminos son distintos. Cerrón se ha ganado la Tinka: ha logrado, gracias al presidente, que toda la prensa lo mire a él y a su Twitter y que PL intente un esfuerzo de construcción partidaria. En el Perú se ganan elecciones distritales y provinciales con muy poquito.

Y las elecciones regionales y municipales son el año entrante. Una buena oportunidad para PL, ¿no?

Cerrón está haciendo su negocio. Puede meter bastantes alcaldes. Y el cuarto poder lo ha elevado casi a la categoría de ideólogo de bandera comunista. Sin embargo, el negocio de Cerrón no es el de Castillo y mientras más demore en darse cuenta va a ser más difícil que este pueda enrumbar. Se requieren gestos muy altos para construir la confianza. De nuevo, no puedes pelearte con tu electorado y tampoco con PL porque en ese Congreso no hay nadie que te reciba, aunque sí necesitas arribar a algunos acuerdos que te permitan tomar cierta distancia de PL, dejar en claro que tú gobiernas. Hay una frase en la película Cruella: “Déjame darte un consejo: si tienes que hablar del poder, es que no lo tienes”. Escuchar a Castillo decir una y otra vez “el que manda soy yo” … Ya pues, uno dice “no te voy a creer”.

Vladimir Cerrón

Entiendo. Es como una aceptación tácita de que ese poder, por lo menos, está en disputa.

Es importante, entonces, que el presidente asuma que va a tener que gobernar en un sistema parlamentarizado, por decirlo de alguna manera, con enemigos poderosos. Una cosa más. Los posts que conocíamos de Bellido ya son graves y los que han salido ahora uno los lee y creo que habría que preguntarse: si Keiko ganaba, ¿qué pasaba si ponía a cargo del gabinete a una persona que diga que los muertos de Cayara y de tales masacres fueron pérdidas lamentables, pero costos por la construcción de un Perú sin comunismo? ¿Cómo hubiese sido la reacción de las personas que ahora dicen que a las personas hay que juzgarlas por sus actos, no por su pasado, que habrá que ver qué hacen? Tanta tolerancia de personas que con justa razón comparten la indignación por los dichos de otros actores en el pasado…

¿Deberían indignarse por los dichos pasados de actores actuales? De acuerdo.

O, mira, no pido tanto, solo que se den cuenta de que ese nombramiento…

Para empezar, es torpe.

Es torpe y además ofensivo y genera dudas en el sector que te mira con desconfianza pero que no se trepa todavía al grupo que quiere vacancia inmediata o un golpe.

Después de que en campaña el propio Castillo decía que no los terruqueen. Es como darle armas al rival.

Sí. El hecho de que esto lo saquen medios que son duros contra el gobierno no quita la noticia. Hay otros medios que pueden hacer un balance. Por ejemplo, TV Perú se mantiene bien, con información no partidaria. Eso se debe mantener.

Dicho todo esto, ¿no hay voces en la oposición que son muy radicales?

Totalmente, hay voces durísimas. No solo en el Congreso, también están los que se han quedado con el loop del fraude. La otra vez leí declaraciones de Daniel Córdova contra Indira Huilca básicamente llamándola pesetera buscando cobrar un cheque por la muerte de su papá. ¿Qué nivel político es ese? En la propia nota que mencionaba Córdova, que era de El Diario (órgano de prensa senderista), se planteaban los mismos argumentos de Sendero Luminoso contra Pedro Huilca: que era pesetero, que se reunía con la Confiep, etc. Lo que hacen personas como Córdova es construir una política en la que no hay ninguna capacidad de establecer relaciones de confianza. Es declarar enemigos totales a personas con las que uno puede discrepar. Ese tipo de personajes le hacen daño a la política. El Perú es mucho más que eso. Hay un espacio que puede ayudar a construir algo mejor, una centroderecha más inteligente, una centroizquierda como la que intentó defender Verónika Mendoza en la primera vuelta y que pudo darle un apoyo más crítico a Castillo en segunda vuelta. Ahí hay consensos que pueden ayudar a tener un país menos polarizado, más realista y más vigilante.

Ojalá, para que este gobierno y el Congreso puedan terminar sus cinco años.

Creo que lo ideal sea que ambos puedan. Se ve difícil por cómo se ha iniciado y ahora eso pasa por gestos de mayor nivel. Y hay que darle un mensaje a los partidos que creen que esta polarización es inadecuada: prepárense y únanse y jueguen en conjunto porque el año entrante hay elecciones y se debe pelear por una política diferente.

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