Una campaña de “candidaturas naturales” se contrapone a la democracia interna en los partidos políticos, cuando existe de por medio un compromiso electoral por encima de un programático.
En esto coincidieron, en diálogo con La República, Iván Lanegra, secretario de la Asociación Civil Transparencia (ACT) y Samuel Rotta, director ejecutivo de Proética.
En nuestro país, de acuerdo a las explicaciones de ambos expertos, a comparación de otros con una democracia consolidada, nuestras elecciones generales son anómalas, no solo porque en este proceso, hasta el momento, vayan a participar veinticuatro organizaciones, sino por la premura en que se vocean postulaciones que corresponden a líderes que no necesariamente tienen una larga trayectoria en el partido con el que participarán.
Y este fenómeno, que según Rotta, sucede desde hace tres décadas, volvió a reflejarse en este proceso: figuras que se afiliaron a una organización contra el reloj para poder postular – el plazo venció el 30 de setiembre – y dirigentes que anunciaron inminentes cuadros presidenciales, pese a que las elecciones internas serán en diciembre todavía.
Así restan voz a los militantes de forma anticipada.
En ese grupo figura George Forsyth, afiliado a Restauración Nacional (RN) – que próximamente se llamará Victoria Nacional –, quien figura primero en las encuestas de intención de voto. También el congresista Daniel Urresti en Podemos Perú, el economista y exasesor del dictador Alberto Fujimori, Hernando de Soto, en Avanza País, Daniel Salaverry en Somos Perú, Ricardo Belmont en Unión por el Perú (UPP) y Verónika Mendoza en Juntos por el Perú.
John Fernández, secretario de RN, ha asegurado que Forsyth es la principal carta. Solo aguardan que el exfutbolista renuncia a la alcaldía de La Victoria. El plazo vence el lunes 12.
Enrique Wong, también manifestó que el “candidato natural” a la presidencia en Podemos es Urresti.
Pedro Cena, presidente de Avanza País, dice lo mismo de De Soto. Prácticamente le cedió la potestad del partido al autor de "El otro Sendero.
Roberto Sánchez, presidente de JP, de igual forma asegura que Mendoza será la aspirante presidencial. La excongresista nacionalista, hasta hace poco, pugnaba por inscribir al Movimiento Nuevo Perú. Ahora milita en el partido de Sánchez.
Salaverry también se inscribió en SP, pero días antes buscaba inscribir a su partido Perú Firme.
Susel Paredes, excandidata de SP e integrante del movimiento Fuerza Ciudadana, se sumó al Partido Morado. Y la vocean como precandidata a la vicepresidencia.
Y todos estos anuncios y movidas fueron en menos de una semana. Un giro increíble.
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Para Lanegra, cuando los dirigentes de un partido anuncian candidaturas de forma anticipada, corresponden a agrupaciones políticas donde los liderazgos están consolidados – por la trayectoria y los años de militancia y participación en un proceso electoral – y, por ende, cuando hay elecciones, se deduce quienes participarán.
“La idea de un partido es que se garantice que quienes sean sus candidatos tengan un largo compromiso. Cuando se escoge solo por temas electorales, todo depende de la voluntad de los individuos, pero el partido o ejerce esa función de garantía y coherencia”, refirió.
El secretario de ACT recalcó que la reforma política buscaba que las personas tuvieran un tiempo determinado de militancia en el partido antes de ostentar un cargo público.
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“Se buscaba eso para evitar esta situación. Entonces, más bien, este llamado a candidaturas naturales, refiriéndose a personas que llegaron muy recientes, pues revela en cómo estas organizaciones toman decisiones: la llegada (de los nuevos afiliados) no ha sido fruto de un compromiso con el partido, sino electoral”, dijo.
Rotta considera que esto es un fenómeno típico en Perú asociado a la precariedad de nuestro sistema electoral.
La idea – agregó – de que existen dirigentes que anuncien quienes merecen ser las candidatas o candidatos sin que haya habido discusión al interior de la organización – sobre todo con los militantes – contraviene la democracia en ellas “en favor de que las cúpulas decidan en función de sus intereses”.
Y así queda en cuestión si lo que existen son partidos políticos o vehículos electorales.