Hasta el momento son dos los escenarios que se manejan en el Congreso sobre el proyecto de adelanto de elecciones para el 2020. El primero es tomar una decisión a finales de este mes. El otro, el más probable, supone esperar el pronunciamiento de la Comisión de Venecia.
En ambos casos, el desenlace sería el mismo: la iniciativa no obtendría los votos necesarios en la Comisión de Constitución.
Las coordinaciones y conversaciones informales entre los congresistas resultan mucho más reveladoras que los debates que se desarrollan en la comisión y que son transmitidos por la televisión.
Por ejemplo, este diario supo que la presidenta de dicho grupo de trabajo, Rosa Bartra (Fuerza Popular), ha comentado a algunos legisladores que la intención pasa por enviar al archivo la reforma constitucional, lo más pronto posible.
A estas alturas, parece obvio que en Constitución los legisladores se decantan, en su mayoría, por rechazar la iniciativa del Ejecutivo, presentada el 31 de julio, hace exactamente 49 días, 7 semanas exactas.
Lo que no se sabe es cuándo ocurrirá. Y es una pregunta relevante porque, dependiendo de eso, el Gobierno tendrá que repensar en su estrategia, si es que quiere que las elecciones generales se lleven a cabo en abril del año entrante.
Ya lo dijo el presidente Martín Vizcarra: el plazo máximo debería ser a finales de mes, esto para que los plazos calcen y se pueda convocar a un referéndum.
De inmediato, el titular del Legislativo, Pedro Olaechea, cercano al fujimorismo, respondió que a esa institución no se le pueden imponer plazos y que esta se maneja de acuerdo a su propio cronograma.
Sin embargo, lo que no queda nada claro -en realidad, para nadie- es cuáles son las prioridades de dicho cronograma. Una muestra es lo que ocurrió ayer, cuando se invitó a especialistas para responder preguntas sobre el efecto que un adelanto de elecciones podría tener sobre la economía (leer nota aparte).
Lo que desea el Poder Ejecutivo es que la decisión se tome cuanto antes, ya sea a favor o en contra. Se ha sabido que el presidente Vizcarra considera como una posibilidad la presentación de una nueva cuestión de confianza, tal como ocurrió en el caso de los proyectos de la reforma política.
Caretas informó la semana pasada que otra opción que se contemplaba era una Asamblea Constituyente, idea que promueven las bancadas de la izquierda, aunque es muy poco probable que se dé paso a una alternativa de esa naturaleza, por su complejidad.
La siguiente semana podría tenerse una idea más clara de lo que propondrá el Gobierno. Por ahora, todo transcurre de acuerdo a la velocidad que imprime el Parlamento.
- Los plazos corren. Estas dos semanas serán decisivas para el proyecto de adelanto de elecciones. El ministro de Justicia, Vicente Zeballos, insistió el lunes en que si para fin de este mes la reforma constitucional del Ejecutivo no ha sido aprobada en el Congreso, será imposible que se realice un referéndum en diciembre. Diversos sectores han advertido que el Legislativo busca dilatar el debate todo lo que pueda.