“Los grandes acontecimientos anticorrupción del 2018 son muy positivos, pero eso no evita que desgasten a la política”. El año que ahora comienza sufrirá las consecuencias. ,Un 2019 lleno de acomodos y conflictos va desembocar en un año con campañas electorales adelantadas. Así, el 2020 será poco más que la antesala del 2021, que trae el premio mayor de una presidencia con bicentenario. Quizás para entonces la actual idea de lo que es una campaña electoral haya cambiado sustantivamente. Lo más saltante será el cambio en el clima electoral. Por ejemplo una nueva complicación para obtener financiamiento para los candidatos, o incluso para aportarles recursos sin arriesgar problemas con la justicia. Lo cual significa también campañas austeras, monitoreadas por auditores y fiscales. El elenco del 2020 no necesariamente se va a parecer al que presentan hoy las encuestadoras. Julio Guzmán probablemente estará allí, pero Alfredo Barnechea quizás no. Difícil imaginar la campaña sin un Fujimori, pero podría darse. Luego está la posibilidad de media docena de candidatos de izquierda, o más. Campañas adelantadas quiere decir algo así como las primeras pintas serias apareciendo en el primer semestre del año. Pero también las alianzas y los acuerdos ya casi todos en su lugar, y una capacidad de lo electoral para seducir medios y ciudadanos a largos meses de distancias. Esto siempre se logra con ayuda de las encuestadoras. Es una incógnita si el bicentenario logrará ser el segundo tema del año. Visto a cierta distancia parece que sí. Pero podría terminar en una acumulación de discursos, ceremonias, activismo cultural, inauguraciones. Todo importante, pero sin capacidad de cumplir con las expectativas, que todavía no se sabe bien cuáles son. Pero el 2020 no va a ser el año de la decepción con el bicentenario, sino su pórtico, o el de un creciente entusiasmo por el tema. Un año de mayor nacionalismo que el habitual, y mayor sentimiento de la historia republicana. Sobre todo en una capital con un centro amoblado por los centenarios y sus monumentos desde 1892 (Cristóbal Colón). Luego está la economía del desgaste. Los grandes acontecimientos anticorrupción del 2018 son muy positivos, pero eso no evita que desgasten a la política. El año que ahora comienza sufrirá las consecuencias. ¿Eso puede extenderse hasta el 2020 y convertirse en la popularidad de extraños recién venidos a la política formal?