“Evidentemente parece pensar que su problema es el epicentro del fujimorismo. No debería estar tan segura de eso”.,Muchos se están preguntando qué pasaría si Keiko Fujimori es puesta en libertad. Probablemente muy poco, pues la crisis en Fuerza Popular es muy anterior a esa prisión. Ollanta Humala y Nadine Heredia son un ejemplo elocuente. Salir libres a enfrentar sus juicios no los ha inclinado a hacer más o mejor política que antes. El otro ejemplo es Alberto Fujimori, cuya excarcelación no le permitió recuperar su partido. El problema no era la cárcel misma, estaba en otra parte: la edad, la competencia interna, el desajuste frente a un nuevo contexto. Fue la liberación la que puso en foco todos sus problemas para reinsertarse en la política. Keiko Fujimori saldría a enfrentar un FP dividido en tendencias cada vez más definidas (se habla de tres). Para varias de ellas la mezcla de liderazgo y candidatura parece menos importante que el acomodo dentro de las corrientes que hoy cruzan el Congreso. A favor o en contra, la figura de referencia hoy es Martín Vizcarra. La situación en FP todavía tiene que empeorar un trecho antes de empezar a mejorar. Por eso, aunque suene algo cruel, para Keiko Fujimori el tiempo que pase presa puede serle políticamente más conveniente que una pronta libertad. Pues la idea que ella libre podría reunir a los bandos y relanzar el partido hoy es una fantasía. Además la crisis de FP no es solo de tensiones internas. Están la expansión y prolongación de los juicios en curso, su desaparición del panorama regional, una menguante aprobación en las encuestas. No es una situación para un caudillo, sino para un gerente con experiencia en la negociación. La primera negociación tendría que ser con la propia Keiko Fujimori, para que acepte alguna forma de maoización, quizás en la forma clásica del dirigente histórico que se mantiene al margen del día a día partidario. No parece una tarea fácil, pues va a contrapelo de los hábitos dinásticos de la familia Fujimori. Nótese, por último, que la presa preventiva no ha aprovechado esa coyuntura para tomar acciones decisivas en su conflicto familiar. O para expresar opiniones sobre el predicamento de FP. Evidentemente parece pensar que su problema es el epicentro del fujimorismo. No debería estar tan segura de eso.