“Votar NO, única o repetidamente, es una opción del referendo, pero siempre es una manera de participar en él, no de descalificarlo, como quiere pensar una extrema derecha”.,En algunos recodos de la oposición más radical ha aparecido la consigna de votar cuatro veces NO el próximo domingo. Es una campaña perdida de antemano, pero aún con mínimas posibilidades y difusión, es la actitud que convierte en competencia al referendo, que ahora además tiene un pequeño rival al cual ganarle. Para estos opositores cerrados el referendo va desde innecesario hasta tramposo. No tienen argumentos convincentes, o por lo menos eficaces. Saben que están predicándole a una minoría que podría escucharlos, y que aparecerá en las urnas como una pequeña disidencia. Sin duda es un ejercicio político de libre expresión. Ejercicio contradictorio, empero. Pues la forma de negar el referendo de plano sería una invocación a no participar, no un llamado a votar de cierta manera. Esto los presenta como cegados por la furia, o como lauchas políticas a la pesca de todos los NO que, por diversos motivos, aparezcan en el conteo. Sin embargo, no todos los NO que aparecerán el domingo les pertenecen. Además del que va a bloquear la bicameralidad, en la línea del Ejecutivo, es posible que crezca en las urnas una resistencia a la no reelección de parlamentarios, quizás la idea más discutible y discutida en todo el proceso. Votar NO, única o repetidamente, es una opción del referendo, pero siempre es una manera de participar en él, no de descalificarlo, como quiere pensar una extrema derecha. Además la descalificación del referendo está políticamente perdida, pues en cierto modo equivale a una tácita defensa del desacreditado Congreso actual. Una mayoría de la gente está feliz con el referendo, y allí está una de las raíces de la actual popularidad de Martín Vizcarra. Obviamente el motivo de fondo de los ataques a la consulta es que esa oposición la percibe como un plebiscito sobre la marcha política de la presidencia, lo cual en efecto va a ser. Dicho todo lo cual, no está nada mal que una persona opine marcando el NO, en los lugares que considere conveniente. Las encuestas han venido presentando una orientación general de la opinión, pero ella puede cambiar, probablemente más en intensidad que en orientación.