Lo que sale en limpio con todas estas opiniones es que el referendo será un vehículo para el rechazo ciudadano al Congreso.,La intención de voto en torno de las tres primeras preguntas del referendo ha variado hasta ahora entre cinco y siete puntos, nada significativo. Mientras que en la última pregunta, bicameralidad, la cosa ha ido de ventaja a favor a ventaja en contra. Aquí casi 20 puntos migraron de setiembre a noviembre, muestra Ipsos. A primera vista la cuarta pregunta es la más vinculada a la coyuntura. Martín Vizcarra, ahora con 65% de aprobación, ha pedido expresamente no votar a favor de ella. La idea es que el Congreso la convirtió en una trampa para eliminar la cuestión de confianza. Deberíamos pensar que una mayoría lo ha seguido. Sin embargo, Ipsos ha interrogado a la mayoría que va a votar NO en esa pregunta, y el resultado sorprende. Pues los dos argumentos vinculados a Vizcarra no son los más importantes. Solo 9% votará NO porque Vizcarra lo recomienda, y 18% votará NO porque equivaldría a cancelar el derecho constitucional a cerrar el Congreso. En cambio, el argumento más fuerte para el NO, 31%, es que dos cámaras significarán más gasto. El otro argumento de peso, 24%, es que el Senado será una coladera para congresistas impedidos de reelegirse de manera inmediata. Esto último a pesar de que el rechazo a la reelección inmediata ha bajado cinco puntos de octubre a la fecha. Las respuestas a por qué se votará NO a la cuarta pregunta relativizan un poco la idea de Vizcarra como el primer motor de esa posición. Quizás la bicameralidad caía antipática de partida a muchos, que simplemente han tenido tiempo de pensar mejor su aprobación. Acaso veremos más cambios frente a las urnas de diciembre. Lo que sale en limpio con todas estas opiniones es que el referendo será un vehículo para el rechazo ciudadano al Congreso. De hecho las encuestas muestran un alto porcentaje a favor de su disolución. El referendo puede ser visto como una manera de mitigar ese sentimiento, al imponer algunas reformas positivas. Si nos atenemos a las altas cifras a favor de la disolución del Congreso, más de 60%, y hasta 67% en algunas encuestas, el NO a la cuarta pregunta todavía tiene techo para crecer en los próximos 20 días.