En cambio el proyecto de la derecha, militar y civil, era clarísimo: derrocar a Velasco y apartar del poder a los generales más radicales.,Antonio Zapata acaba de publicar un libro sobre los tres años, 1973-1975, que van entre la enfermedad de Juan Velasco Alvarado y el golpe de Francisco Morales Bermúdez. La caída de Velasco (Lima, Taurus) es un libro de historia política y una reflexión encuadrada en el cincuentenario de la llegada de Velasco al poder. La versión estándar es que Velasco cayó debilitado por los efectos políticos de una seria enfermedad. Una explicación esencialmente cierta, pero sumamente limitada. Zapata muestra que a cuatro años del golpe militar ya se movían fuerzas que hubieran terminado por derrocar al dictador aun sin una enfermedad de por medio. Es también, mutatis mutandis, la tesis de la novela No, mi general, de Guillermo Thorndike (Lima, Mosca Azul, 1976). Una lectura posible del libro es que el ala derecha militar, en una tácita alianza con los principales partidos políticos, logró arrinconar al ala izquierda. En ese momento los días de Velasco, que por momentos intentó mediar entre los dos sectores, ya estaban contados. Pero la sucesión no fue fácil, y eso explica los tres años de estrecho infighting castrense. En otra lectura podemos ver a los diversos proyectos revolucionarios perdiendo viada, no logrando obtener el necesario arraigo popular, volviéndose cada vez más polémicos y riesgosos. Como que esa revolución tuvo un gran despegue, pero luego, en los años que describe Zapata, perdió el rumbo y se empantanó en las tareas de un confuso día a día. En cambio el proyecto de la derecha, militar y civil, era clarísimo: derrocar a Velasco y apartar del poder a los generales más radicales. Un objetivo que permitió unir fuerzas frente a un gobierno indeciso que se proclamaba ni comunista ni capitalista, y que no quiso practicar más política que el clásico ajedrez militar de los cuarteles. El estilo ágil de Zapata da a los acontecimientos un ritmo casi vertiginoso. Pero los militares que reemplazaron al velasquismo se mantuvieron cinco años en el poder (otra historia de alas en conflicto), mantuvieron buena parte de las reformas, y otras las desmantelaron con notable lentitud. Como si el velasquismo se hubiera ido retirando muy de a pocos. Como todo lo que escribe Zapata, esta es una lectura informativa y ecuánime, que ordena la información disponible de una manera que da nuevas luces y a la vez propicia nuevas preguntas sobre el tema.