¿Cómo puede ser posible que un hombre decida que, si una mujer lo rechaza, merece un escarmiento?,Las conductas perversas y crueles también se aprenden. Carlos Hualpa les enseñó a muchos varones que es posible subirse a un micro con un pomo lleno de gasolina y rociarlo sobre el rostro y el cuerpo de una joven para destruir su belleza por siempre. “Ella merece este escarmiento” dijo como defensa, “yo solo quería desfigurarla”. Algunas personas en las redes sociales, tanto hombres como mujeres, lo defienden con argumentos de macho: “La chica provocó su desgracia. Pensó que el muchacho era un huevón que podía aprovecharse…”; “Ese es el problema de algunas jóvenes coquetas y liberales que se relacionan sin saber con psicópatas”; “Jóvenes, escojan bien a sus amistades, no den falsas expectativas creando LA FRIENDZONE, que es un maltrato psicológico”. ¿Cómo puede ser posible que un hombre decida que, si una mujer lo rechaza, merece un escarmiento? Recordemos la confesión de Carlos Hualpa: “Yo no dormía, me ponía a llorar. Estaba tenso con la cabeza, y ella muy feliz haciendo su vida normal. Y yo muy fregado. (…) Alguien tenía que ponerle un alto. Alguien tenía que decirle la humildad que necesita, porque ella se sentía la última pepa del monte…”. Lo que le molestaba a Hualpa era el poder que ella ejercía sobre él, sin darse cuenta que era él mismo quien se lo otorgaba. En Cajamarca, el viernes 29 de junio, un hombre muy joven, de 22 años, Esneider Estela Terrones, quemó viva a su cuñada Juanita Mendoza, de 32 años, mientras ella trabajaba en su carrito salchipollero. Le lanzó gasolina al cuerpo que se prendió precisamente por el fuego de su fuente de trabajo. Esneider Estela, con apenas quinto de primaria, tiene antecedentes policiales por distribución de drogas y por pertenecer a una banda que robaba mototaxis. ¿El motivo del delito? Vengarse porque Juanita cuestionaba la relación de su hermana con este individuo. ¿Es un feminicidio a pesar de que no sea su pareja? Existen dos tipologías de feminicidio: íntimo, cuando es perpetrado por la pareja o por una persona relacionada con la mujer (el caso de Hualpa y de Esneider) y no íntimo, cuando se trata de una persona sin ningún vínculo con la mujer (los casos de asesinatos de Ciudad Juárez). Es feminicidio porque el objetivo del perpetrador es matar a una mujer para hacer sentir su poder de varón. En ambos casos de estas dos mujeres cajamarquinas, Eyvi y Juanita, se completa la tipología. ¿La violencia es una forma de pedagogía? Como sostiene Rita Segato: “Todos los crímenes contra las mujeres están contenidos por el gran simbolismo de género, por la estructura patriarcal, todos tienen el esquema de género en su subterráneo”. Los crímenes contra las mujeres son altamente expresivos. La violencia contra nosotras es una poderosa estrategia pedagógica que se asienta en la naturalización de la misma a razón de que se percibe al varón como el patriarca, por lo tanto, el que da órdenes y si no son obedecidas se merece un castigo. “Ella merece este escarmiento” decía el feminicida. No lo olvidemos: otros están aprendiendo de sus palabras y poniéndonos a prueba.