No hay mucho que pedirle a este Congreso mientras Keiko Fujimori siga manejando a una mayoría.,Si a Walter Jibaja le gustaba la atención pues vamos -solo por esta vez- a darle el gusto. Este sujeto, ex edecán de Alberto Fujimori y dirigente del área de “formación” (¿o debería decir deformación?) del partido de Keiko, se pasa el rato pidiendo la muerte de periodistas como Rosa María Palacios, insultando a Claudia Cisneros y comparando a María Luisa del Río con Hitler. Incluso tuiteó con alegría contra mi, por ser de la Católica y escribir en este diario. Bueno, a esto se dedican nuestros amigos fujimoristas de la oficina de Seguridad en el Congreso, a insultar, difamar y amenazar a periodistas mujeres. Valiente trabajo de seguridad el que cumplen, ¿no? Me gustaría escuchar al señor Jibaja decirme esas cosas a la cara en vivo, pero conozco a este tipo de personas. Se corren de las entrevistas o quieren alcanzarte un papelito con las cosas que deberías preguntarle. Así no se trabaja, señor Jibaja. Si busca convertir a la oficina de Seguridad del Congreso en su chacra, los medios no lo serán. Pero, ¿adivinen quién salió en defensa de este calumniador e injuriador? Nada más y nada menos que la fuerza de choque del fujimorismo en el Congreso: Héctor Becerril. Digo fuerza de choque porque muchas otras cualidades propositivas en el Legislativo no le hemos encontrado. Becerril dice que este señor tiene “todas las credenciales” para ser jefe de seguridad… ¡lo que no dice es seguridad de quién! Jibaja se autoproclamaba “anticaviar” en el Twitter hasta que terminó por borrar su cuenta, después de revelarse todos sus mensajes matonezcos y amenazantes incluso contra el propio presidente Martín Vizcarra. Por si fuera poco, acaba de admitir nuevas contrataciones en su oficina del Parlamento, dentro de las cuales se encontrarían aportantes, militantes y/o simpatizantes de Fuerza Popular. Está claro el único trabajo del fujimorismo que parece serles productivo: copar sistemáticamente instituciones del Estado e inundar las redes sociales de trolls que, como Jibaja, difundan la “verdad” del fujimorismo a costa del resto. No solo hablamos de la oficina de Seguridad, también del área de la prensa del Congreso, en donde sujetos como Eduardo García trabajan con nuestro dinero para realizar grabaciones que son parte del sucio juego que Fuerza Popular viene siguiendo en el Legislativo. No hay mucho que pedirle a este Congreso mientras Keiko Fujimori siga manejando a una mayoría. De todos modos, poco a poco, entre ellos van sacándose los ojos. Ojalá las cosas se fortalezcan por fuera y estemos preparados para el 2021.