Las letales emboscadas del narcoterrorismo en el VRAEM entran y salen de las primeras planas sin mayores consecuencias.,Las letales emboscadas del narcoterrorismo en el VRAEM entran y salen de las primeras planas sin mayores consecuencias. Hubo un tiempo en que cuatro policías asesinados podían producir una fuerte reacción de la ciudadanía, y la consiguiente movilización de fuerzas hacia la zona. Hoy es una más en la serie de emboscadas que marcan la guerra contra la droga. A estas alturas se conoce casi todo sobre este tipo de asonadas. Su principal propósito es mantener a raya los esfuerzos de interdicción. También pueden ser parte de conflictos entre los propios narcos. Hay autodeclarado senderismo, pero no hay más ideología que el libre transporte de la droga producida. Las autoridades insisten en esta lucha, y el país entrega vidas para mantener por lo menos una semblanza de control. En efecto hay ocasionales alijos y capturas, pero el costo-beneficio de toda la operación es negativo. El retroceso o avance de la droga se ha vuelto una cantidad desconocida, y eso afecta el impulso de la ley y el orden. Con el tiempo y el hábito, la subsistencia de la parte amazónica del narcotráfico ha dejado de tener un costo político para los gobiernos. El otro lado de esa moneda es una percepción de que los esfuerzos adicionales posibles no producirían una ganancia política significativa. Por lo tanto también aquí se puede recurrir al piloto automático. Además dedicar recursos a la lucha contra la hoja de coca se va volviendo incómodo a medida que más países van entrando en formas de tolerancia del consumo. El narcotráfico que se sepa no está interesado en la expansión, sino en un negocio más intensivo. Probablemente también le interesa reducir el costo de los alijos y las capturas. Los campesinos productores por su parte ver a los narcos como socios en obtener ingresos superiores a cualquier otra actividad a la mano. En 15 años de esfuerzos, en cifras de Carmen Masías, de DEVIDA, por reducir las hectáreas de hoja de coca esta se han reducido de 46,000 a 40,000, el avance es mínimo. Más aun si se considera que en ese decenio y medio la extensión casi siempre estuvo por encima de las 50,000. No se puede hablar realmente de avance, y mucho menos de victoria. Quizás simplemente no la pueda haber.