Martin Vizcarra se va a tomar hasta fin de año para cambiar a los embajadores políticos nombrados por su antecesor.,Martin Vizcarra se va a tomar hasta fin de año para cambiar a los embajadores políticos nombrados por su antecesor. Hay una cierta elegancia en la demora, tiempo suficiente para trabajar, y para prepararse. Pero a la vez hay un trato que no distingue entre personas. Acaso no todos tienen el mismo interés por mantenerse en el cargo, pero cada uno tiene su propio argumento. El plazo concedido es para afirmar la distancia frente a PPK. Pero a la vez retirar a personas que están funcionando en puestos difíciles hoy es no considerar que aunque la lista de aspirantes es larga, el naipe de posibles buenos embajadores que no son diplomáticos es corto, y el de diplomáticos de carrera disponibles más aún. Nada hubiera perdido formalmente Vizcarra dejando las cosas como estaban. Pues además de los seis que partirán, todavía hay un hueco adicional de seis puestos que PPK no pudo cubrir. Por su parte Torre Tagle no parece tener embajadores diplomáticos suficientes para cubrir todas las plazas abiertas en el mundo, y poco interés en funcionar como agencia reclutadora de la política. En una de las versiones este cambio se ha anunciado, y se hará, para darle solución al caso de Susana de la Puente, embajadora en Londres. De la Puente es un personaje prominente del pasado gobierno, una figura comprometida en tareas de mensajería electoral, y en general alguien cuya cabeza reclaman diversos sectores políticos. También parece estar trabajando con eficiencia en su puesto. Para disimular un poco su despedida es que se habría decidido una salida en bloque, que incluye al ex canciller José Antonio García Belaunde (Madrid) y al ex altísimo funcionario de la ONU Álvaro de Soto (París). Viene implícito que el ex canciller de PPK Ricardo Luna ya no recibirá el cargo ofrecido en UNESCO. Evidentemente no son estos funcionarios de fácil reemplazo. Con doce plazas vacías, y la cuota presidencial de embajadores políticos totalmente disponible, la representación del presidente en el exterior pronto se revelará como una fuente de presiones desde toda dirección. También, si se prefiere verlo así, como un conjunto de recursos abiertos para negociaciones menores. Los nombres de los reemplazantes ya deben de estar en camino.