Es lógico que la salida de terroristas de la cárcel preocupe e indigne a todos debido al inmenso daño que le hicieron al país.,Cada cierto tiempo, algunos difamadores reanudan sus recurrentes campañas para tratar de engañar a la población sobre el tema del terrorismo. Cada vez que un terrorista cumple su pena y sale de la cárcel, estos buscan espacio en medios para echarle la culpa al gobierno de Valentín Paniagua y a Diego García-Sayán (nov. 2000-julio 2001) de lo que sucede. Es lógico que la salida de terroristas de la cárcel preocupe e indigne a todos debido al inmenso daño que le hicieron al país. Lo grave es que los difamadores se aprovechen de las emociones de la gente para engañar. Si bien la información es pública para cualquiera de buena fe que quiera saber cómo fueron las cosas, vale recordar los hechos. Primero, durante el gobierno de transición no se liberó a ningún terrorista. El presidente Paniagua solo indultó a inocentes indebidamente condenados, aplicando una ley de los tiempos de Fujimori (1996) para indultar solo a inocentes indebidamente condenados por terrorismo. Fujimori creo una Comisión Ad Hoc -“Comisión Lanssiers”- integrada por el padre Hubert Lanssiers en representación del Presidente de la República y presidida por el Defensor del Pueblo Jorge Santistevan. La Comisión continuó operando durante el gobierno de transición. Se dictaron 513 indultos durante el gobierno de Fujimori, 141 durante el de Paniagua y 92 durante el de Toledo, todos con el mismo sustento: personas inocentes. Segundo, los difamadores hablan de supuestas modificaciones a la legislación antiterrorista producidas durante el gobierno de transición. Mentira completa. Durante los ocho meses del gobierno de Paniagua no se cambió ni una coma de la legislación antiterrorista. El gobierno de transición no consideró pertinente proponer un proyecto sobre el tema. Ello ocurrió recién dos años después, a partir de una sentencia del Tribunal Constitucional de enero del 2003. Las posteriores leyes que se dictaron -el DL 927 y otros- lo fueron siendo presidente Toledo y ministro de justicia Fausto Alvarado. Para esa época Paniagua y García-Sayán no desempeñaban función pública alguna ni tuvieron nada que ver con esas normas. Durante los 14 años y cuatro Congresos (incluido el actual) y gobiernos siguientes, estas leyes permanecieron básicamente intocadas por lo que no deben haberlas considerado tan malas. Difícil saber qué motiva a estos difamadores recurrentes. Algunos pueden estar ventilando rencores y odios que les produjo que el Perú recuperara la democracia. Parece ser el caso de Francisco Tudela, designado vicepresidente con el fraude electoral que cometió el fujimorismo el 2000. En su pomposo hablar ha dicho y repetido la falsedad que Diego García-Sayán es el responsable del DL 927. Basta leer la norma y las firmas de quienes lo suscriben para comprobar que miente. En el caso de otros difamadores, la mentira puede responder a una estrategia para beneficiarse políticamente, o para tapar los escándalos de corrupción. Estas campañas, además de ser delictivas e inmorales, promueven la discordia y la división. La mentira es más bien contraproducente para prevenir resurgimientos terroristas. Lo que derrotó a esa lacra no fueron campañas de mentirosos sino cuatro elementos clave. Primero, inteligencia con equipos como el del GEIN que capturó a Guzmán apuntando a las cabezas de una estructura jerarquizada. Segundo, la entrega de valerosos efectivos militares y policiales, como el coronel Juan Valer a quien rendimos permanente homenaje en el Lugar de la Memoria. No un escuadrón de la muerte auspiciado desde la cabeza del gobierno que Tudela integró. Tercero, la colaboración de los arrepentidos; esencial para el éxito del GEIN y de la mayor parte de operaciones de inteligencia. Finalmente, las rondas campesinas que desempeñaron un papel esencial en las zonas rurales para quitarle el agua al pez. No fueron las calumnias de atildados personajes o bailes serviles los que abrieron en el Perú el camino de la democracia. No son los difamadores ni sus mentiras los que protegerán al país ahora ante cualquier amenaza.