Ni PPK estaba seguro de que había triunfado, ni KF estaba convencida de que había perdido. Así comenzó el sainete que el Perú vive desde julio del 2016. PPK y KF habían competido en la segunda vuelta, pero no sabían a ciencia cierta qué cosas los separaban para llevarlos a la confrontación. De hecho, PPK siempre había coincidido con el fujimorismo casi en todo, en particular con el modelo económico neoliberal. En el 2011 PPK fue uno de los más entusiastas soportes de KF frente a Humala. ¿Qué pasó? ¿Por qué PPK dejó de ser hincha del fujimorismo y pasó a ser su principal opositor? En realidad, PPK fue una creación precipitada del antifujimorismo para enfrentar a KF en la segunda vuelta. Él mismo no estaba muy convencido de encarnar esa representación y, pese a que la asumió casi de mala gana, triunfó con un margen muy estrecho. Una vez en el gobierno, el antifujimorismo como corriente de opinión se ha mantenido o ha crecido, como revelan las encuestas, pero su representación política se ha ido debilitando y empequeñeciendo. PPK ha dicho discursos y ha hecho muchos gestos de acercamiento al fujimorismo, pero este ha optado por la polarización con el gobierno para desgastarlo y hundirlo. Quiérase o no, la dinámica política del país sigue dependiendo de la confrontación entre el fujimorismo y el antifujimorismo. La peculiaridad de la situación actual es que PPK ya no es ni quiere ser el representante del antifujimorismo y quiere ser más bien su socio, pero el fujimorismo no lo quiere como socio sino como su rehén. Por las últimas declaraciones del presidente sabemos que no le disgusta la idea de ser un secuestrado feliz de KF. La tensión entre el fujimorismo y el antifujimorismo tiene diversas lecturas dentro y fuera del gobierno: 1. KF no ha aceptado la derrota electoral y se ha propuesto gobernar desde el Congreso aplicando las principales medidas de su programa de gobierno. 2. Ante la inviabilidad de gobernar desde el Congreso, el neofujimorismo despliega una dictadura parlamentaria para someter a los poderes del Estado y desbarrancar al gobierno. Si no lo hace aún es porque no sabe qué hacer con el gobierno luego de un golpe parlamentario y desconoce los costos que tendría que pagar. 3. La situación de polarización obedece a la existencia de un gobierno dividido en el que el Ejecutivo está en manos de PPK y el Congreso en manos de KF. La cosa se complica por el excesivo control que tiene el Congreso sobre el Ejecutivo. 4. El problema de fondo no radica ni en el fujimorismo dictatorial ni en la situación de gobierno dividido sino en el propio PPK quien no quiere ejercer la función de un Ejecutivo vigoroso y fuerte ni quiere limitar (salvo la exigencia del voto de confianza a Zavala) la voracidad del neofujimorismo. ¿Qué factores explican este comportamiento de PPK? ¿Obedece sólo a que ya no se siente un representante del antifujimorismo y que quiere ser más bien socio de KF o se siente entrampado en las redes del Lava Jato que le impiden actuar con libertad y sin miedo? Volvemos con algunas hipótesis sobre este tema.