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Opinión

#25N: tarea pendiente de los medios, por Patricia Montero

“El sondeo es claro en señalar que la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes...”.

larepublica.pe
MONTERO

Las arremetidas del Congreso que siguen debilitando nuestro ya frágil sistema democrático, los ataques a la lucha contra la corrupción, el despido de periodistas incómodos han sido los temas de preocupación de los últimos días. No falta razón para ello, la situación es crítica, pero no dejemos de lado otros temas que también nos golpean, y duro, como país.

El último viernes conmemoramos el Día de la No Violencia contra la Mujer y las cifras de horror que hacen de este país un lugar hostil e inseguro para mujeres y niñas debieron estar en cada conversación, análisis y titular de medios periodísticos. En el marco del #25N se difundió un importante estudio de la Asociación Calandria.

Se trata de un sondeo de percepciones sobre la violencia contra la mujer en tres regiones del país: Lima, Cusco y Piura, y el rol que juegan en este delicadísimo tema los medios de comunicación que, como demuestra el estudio, lejos de promover la prevención de la violencia terminan reforzando estereotipos y prejuicios contra las mujeres.

El sondeo es claro en señalar que la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes es reconocida entre los tres principales problemas del país. Sin embargo, aunque hay un rechazo mayoritario y mayor preocupación por la salud mental de las mujeres, se mantienen prejuicios y sesgos. Por ejemplo: la forma de vestir “provocativa”, salir solas o tarde, o no saber cuidarse.

Y es aquí donde radica la principal culpa de los medios, principalmente la televisión, acentuar conceptos como que las mujeres no pueden tomar decisiones sin el permiso de sus parejas, que deben posponer sus sueños para ser madres y esposas, son las que deben ceder ante sus parejas. Ideas que, por supuesto, legitiman desigualdades y abusos, como bien señala Calandria.

Queda clara la urgencia de asumir responsabilidad en la influencia que los medios ejercen sobre la sociedad. De lo contrario, sus campañas o intentos por visibilizar la problemática terminan siendo acciones hipócritas y cínicas. De nada sirve levantar banderas de igualdad sin un cambio de contenidos que ayude a la prevención.