(*) Politóloga
(*) Salubrista y epidemiólogo. Lab. Innovación en Salud. Universidad Peruana Cayetano Heredia.
En 1987, se firmó el protocolo de Montreal, un tratado internacional para proteger la capa de ozono (SAO) y Rubén Blades grabó un disco experimental basado en cuentos de García Márquez, Agua de Luna, en el que cantaba: “Encadenado a un pasado sin voluntad. (…) Con sueños que no recuerda al despertar”. ¿Qué podemos decir 36 años después de estas acciones pioneras?
De acuerdo con cifras de la OMS, 1 de cada 4 muertes se pueden atribuir a causas medioambientales evitables y se estima que 250.000 personas más mueren cada año por factores asociados al cambio climático y riesgos como enfermedades infecciosas, crónicas y a complicaciones en el parto. El cambio climático es hoy el mayor desafío para la salud de este siglo. Este mes, el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente ha presentado el reporte anual de la brecha de emisiones 2023, que detalla la magnitud del calentamiento global y se indica que los esfuerzos actuales no son suficientes. Las metas planteadas deben ser más ambiciosas para reducir entre 28% y 42% las emisiones de gases de efecto invernadero hacia el 2030. Para ese año, según el Banco Mundial, 132 millones de personas caerán en situación de pobreza debido a los impactos del clima en la salud y hacia el 2050, 1,2 billones de personas serán desplazadas.
Vivimos en un momento de decisiones de poco impacto que han afectado al planeta y a su población, comentó recientemente la Dra. Vanessa Kerry, enviada especial del director general de la OMS para cambio climático y salud. Es necesario ahora invertir en bienestar humano, fortalecer los sistemas de salud para que sean resilientes y prepararse frente al crecimiento de las cargas de enfermedades producidas por el clima y a los efectos de eventos climáticos extremos. Hasta el año pasado, la salud no había tomado un papel protagónico en las conferencias anuales de las Naciones Unidas sobre cambio climático. La edición de este año (COP 28), que se llevará a cabo en Dubái desde finales de noviembre, se trata de una edición histórica que por primera vez contará con un día entero –el 3 de diciembre– dedicado al tema de cambio climático y salud. La OMS, de la mano con la Alianza para la Acción Transformadora sobre el Clima y la Salud (Atach), formada por los Estados miembros y otros actores clave, esperan plantear una agenda que le dé prioridad política mundial al tema. Esta jornada contará con la participación de ministros, profesionales de la salud y cambio climático, representantes de la sociedad civil, juventud y del sector privado.
Tal como el protocolo de Montreal o la prosa de Blades y Márquez, momentos como este van a determinar el futuro y se espera que la voluntad política internacional priorice la vida humana como centro de sus decisiones. Es nuestra deuda con la historia.