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Opinión

Perdida en el laberinto APEC, por Mirko Lauer

"No importa que su discurso sea trucho, la presencia de la presidencia peruana es importante en este caso, aunque sea para recibir la presidencia de la APEC 2024".

larepublica.pe
MIRKO

A juzgar por la gran prensa internacional, la agenda de la cumbre APEC en San Francisco se circunscribe al reencuentro de Joe Biden y Xi Jinping. Lo que comenzó como un foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (eso dicen las siglas en inglés), casi 15 años después se ha vuelto un ring geopolítico para las dos superpotencias de la zona.

Pero en los bordes del ring hay un año de trabajo sobre los temas que hoy preocupan en el mundo, desde la economía hasta la salud, pasando por el cambio climático. Delegados de toda especialidad han venido avanzando hasta el encuentro de jefes de Estado que acaba de comenzar. No hay, pues, una sola agenda, sino muchas, quizás tantas como participantes.

¿Qué pasa con el Perú? El ingreso al APEC fue parte de un esfuerzo nacional por impulsar los tiempos en que hablar del tigre andino (como en el sudeste asiático) tenía cierto sentido. La tarea de los Gobiernos peruanos era la expansión económica por todos los medios posibles, y juntarse con la próspera Asia-Pacífico era uno de ellos.

Los acuerdos, cadenas comerciales, redes empresariales forjados entre, digamos, 1990 y el 2016 en lo sustantivo siguen allí, pero en ese mundo a una economía mediana siempre le conviene un poco más de relaciones públicas. Pero hoy el problema es fronteras adentro. Hemos dejado de ser atractivos, y en algunos aspectos hasta somos peligrosos.

Era casi seguro que Dina Boluarte llevaría a San Francisco el mismo mensaje: hay estabilidad (buena relación Ejecutivo-Congreso) y un buen clima para los negocios, verdades a medias, en el mejor de los casos. No importa que su discurso sea trucho, la presencia de la presidencia peruana es importante en este caso, aunque sea para recibir la presidencia de la APEC 2024.

En cuanto a la comitiva, que ha irritado a muchos por su costo, no se trata precisamente de un equipo especializado en los temas de la APEC, sino más bien un nuevo ejercicio de turismo político. Los medios han sido parcos sobre el asunto de la asistencia de empresarios, los cuales acaso están distraídos por el CADE que se viene dando en Cusco.

Lo más rendidor, aparte de la presencia misma, podría ser el acercamiento del ministro de Economía y el de Relaciones Exteriores a los periodistas acreditados en el evento.