El centralismo que nos agobia y las crisis económicas que hemos sufrido, especialmente por medidas de política económica populistas, originaron que muchas antiguas y emblemáticas empresas arequipeñas no sobrevivieran en el tiempo. Todas ellas de origen familiar.
Dentro de ellas, un número aún menor, han llegado a tener más de un siglo de vigencia y permanencia en el mercado.
Las conocemos y son parte de nuestro ADN arequipeño y están posicionadas por su presencia en el mercado a nivel nacional e internacional, pero se han mantenido totalmente arequipeñas; no las menciono, para evitar una omisión involuntaria de alguna de ellas.
Un homenaje a aquellas empresas que por circunstancias adversas no pudieron sobrevivir a pesar de los denodados esfuerzos de sus fundadores.
Grupo Roberts
Quiero referirme particularmente a una de ellas, por haber cumplido recientemente 100 años de existencia, a pesar de haber sufrido múltiples problemas en su desarrollo. Me refiero al Grupo Roberts, que se inicia en el año 1923, en Mollendo como agencia de aduanas siendo es el origen de las empresas, que fueron fundadas por ciudadanos británicos.
En este siglo de existencia, desde sus fundadores y herederos, han tenido múltiples líneas de negocio, no todas ellas exitosas, como es inevitable en la actividad empresarial. Entre ellas algunas tan diversas como azúcar, línea blanca, abarrotes entre otros.
En un claro ejemplo de una estrategia de diversificación concéntrica, esto es con productos nuevos pero relacionados, se iniciaron con la importación y distribución de llantas de origen inglés, lubricantes, bicicletas y finalmente automóviles de diferentes marcas como Packard, De Soto, Plymouth y Austin, con un alto posicionamiento en el mercado.
En la actualidad, el negocio automotriz es el que prevalece en el tiempo, luego de una transferencia ordenada a la tercera generación y en proceso de concretarlo a la cuarta.
Empresas Familiares
La gran mayoría de empresas a nivel nacional e internacional, tienen un origen familiar, con problemas estructurales como el choque generacional, políticas de sucesión, confusión entre familia y empresa, en muchos casos además con dificultades en la delegación de autoridad.
En algunos casos es conveniente contar con profesionales externos en el directorio, que además de aportar conocimientos y experiencias, son el necesario “fiel de la balanza” en situaciones conflictivas y de profundas discrepancias, que se suelen presentar.
Conclusión
Las empresas familiares suelen tener problemas, en algunos casos insalvables, por las dificultades en el proceso de transferencia a las generaciones siguientes.
Conocemos casos de grupos económicos, que a pesar de los problemas surgidos en su desarrollo, los han superado exitosamente y me he referido en particular al Grupo Roberts, que acaba de cumplir un siglo de existencia y está ingresando a la cuarta generación. Que sea ejemplo para empresas familiares más jóvenes.